RESTAURANTE CAN AMER
Hay personas que llevan la cocina en la sangre. Este es mi caso. Nací y crecí entre fogones y sartenes. Aprendí desde muy pequeño la pequeña locura en que se convertía la cocina de un restaurante. Gracias a mis padres, aprendí el arte y el trabajo que hay detrás de un plato bien cocinado. Aprendí que en un restaurante una persona que se sienta a la mesa es mucho más que un cliente.
Este era y es el espíritu del Celler Can Amer, donde me crié y donde he aprendido a ser cocinero.
Siempre he creído en la importancia de nuestra tradición, de nuestras raíces y lo he tenido presente cada día cuando preparaba un plato. Respetar la herencia gastronómica de siglos de historia ha sido el fundamento de nuestra cocina. Pero además, he querido dar un paso adelante; crear nuevos vínculos entre la tradición y la modernidad.