Jaime Fuster


Viento, lluvia, sol otra vez calor y frío, me alejo del carrusel y quedo solo conmigo, busco, a todo, un sentido.
Compañero, amigo... solidaridad, ayuda, abrazos, curas del cuerpo y del alma, se regalan a diario.
Cambian los valores lo necesario falta, lo superfluo no existe, bailan los miedos de día y de noche se resisten.
Solo hay unos segundos para pensar en mañana, párpados como losas cuerpo desvanecido. No puedo más, ¡Dios mío! La luz de la mañana entre duda y desvarío trae un rayo de esperanza y en apenas un instante saludo al dolor y sigo. Un paso y luego otro, un árbol, un camino, un río, otras piedras a mi lado, seguimos avanzando con un mismo objetivo.
Es saber que si te vences eres fuerte y no abandonas, nadie podrá doblegarte nada podrá contigo, ¡hallarás tu camino! Y al fin la llegada a la cima, Compostela, es la victoria épica del espíritu gozoso que en tu alma queda.