Marc Ballesteros

En este aciago mundo, presto para quebrantar al justo y con idéntico celo, beneficiar al impío, los cristianos debemos porfiar y velar por la perfecta causa de Dios.
No son para nada desdeñables las responsabilidades y sacrificios que será menester realizar, y árdua es la tarea que nos aguarda. Por ello, es preciso educarnos, y ser acrecentados en fortaleza de Espíritu.
Hago pues, públicos estos recursos bíblicos, que por causa de Su gracia me fueron brindados, con tal de que seáis, junto a mí, prosperados en el conocimiento de Su consejo.
Podrán nuestros temores hacerse realidad, nuestros problemas agravarse, nuestras vidas ser terminadas, este mundo ser destruido y el universo, en su grandeza, desaparecido. Nada de esto importa. Lo importante, es que Dios es quien Él es.
Sigamos, pues, a Cristo, teniendo por principal motivo para nuestro ejemplar quehacer el ser conscientes del amor y valor de Dios. A fin, de que su amor por nosotros, sea origen de nuestro amor por Él. Amén.