Miguel Ruiz Ibáñez

No creo que me espere ningún dios cuando muera, de ellos no tengo noticias de que existan, el final que le espera a mi humilde cuerpo es; desintegrarse paulatinamente junto a la madera de mi ataúd, y regresar de nuevo a la naturaleza que de ella procedo junto al deseo de mis padres, y cuando mis pulmones dejen de respirar, para entonces, solo quedará de mí en el mundo, lo que he realizado con mi saber, mi actitud, y mis manos, desde el día que mi madre me trajo al mundo, hasta el final de mis días. Sin embargo gracias a la tecnología, los que quieran saber de mí, después de que mi corazón deje de latir, pueden ver los vídeos que tengo en mi canal de YouTube.