El Silencio del Terror
(1954, Oaxaca) Doña Teresa — Lavaba los mantos del altar y amanecían manchados con sangre fresca
La Macabra Historia de Doña Inés — Le enseñó a su muñeca a hablar con la voz de su hija fallecida
(1948, Puebla) Don Gregorio — Lustraba las cruces del cementerio y cada noche una faltaba del muro
(1952, Oaxaca) Doña Esperanza — Lavaba el altar… y el agua siempre salía roja como vino
El Macabro Caso de los Ramírez — Casaban a sus hijos entre primos y nacieron generaciones deformes
(1975, Querétaro) Doña Evangelina — Trapeaba las escaleras del hospital… y hallaba dientes de leche
(1962, Puebla) Doña Petra — Trapeaba el altar cada mañana… y el trapo siempre olía a carne podrida
(1968, Oaxaca) Doña Refugio — Trapeaba el sótano de la morgue… y el agua olía a carne Podrida
(1945, Guanajuato) Doña Juana — Fregaba los pisos del asilo… y el agua siempre olía a carne podrida
El Macabro Caso de los García — Por 5 generaciones casaron primos con primos para mantener la pureza
(1951, CDMX) Doña Ana — Lavaba las sábanas del hospicio… y el agua siempre salía negra como petróleo
(1968, Oaxaca) Doña Conce — Trapeaba la habitación del sacerdote y el agua olía a carne Podrida
El Macabro Caso de los Herrera — Por tres siglos criaron hijos entre hermanos para no perder fortuna
(1967, Jalisco) Doña Refugio — Trapeaba el altar… y el agua dejaba manchas que volvían cada día
(1952, Tlaxcala) Doña Ana — Quitaba el polvo de las imágenes… y sus ojos aparecían llenos de tierra
El Macabro Caso de los Soto — Juraron no casarse con extraños y terminaron pareciendo la misma cara
El Macabro Caso de los Soto — Por 9 generaciones los hijos se casaban entre si para conservar el oro
(1954, CDMX) Don Juan— Encerraba la iglesia… y las puertas golpeaban como si alguien pidiera salir
(1949, Oaxaca) Doña Aurelia — Barría el templo… y siempre encontraba dientes entre el polvo sagrado
El Macabro Caso de los Ruiz — Bebían la sangre de sus parientes para “no olvidar su linaje”
(1937, Veracruz) Don Esteban — Pulía los candelabros… y en el metal veía reflejos de gente muerta
El Macabro Caso de los Herrera — Criaron hijos solo entre primos y todos nacieron deformes
La Macabra Historia de Doña Berta — Planchaba cada domingo el traje del hijo que nunca regresó
La Macabra Historia de Doña Ana — Perfumaba la casa con las flores del panteón donde yacía su marido
La Macabra historia de Doña Visitación — Bordaba almohadas con el cabello de sus hijas fallecidas
La Perturbadora Costumbre de Don Joel — Fabricaba jabones con los restos cremados de su prometida
La Macabra Devoción de Don Pascual — Tallaba rosarios con los huesos de sus tres hijos fallecidos
La Terrible Historia de Doña Clemencia — Bordaba pañuelos con el cabello blanco de su madre difunta
La Macabra Historia de Doña Celia — Peinaba cada noche los esqueletos de sus tres hijas muertas