Historia viva del sincretismo entre el señor de Chalma y Oztoteotl

Los concheros tienen sus raíces en las danzas prehispánicas ligadas a la cosmovisión de las culturas mesoamericanas, donde la danza era un acto ritual, de ofrecimiento y comunicación con lo divino. Tras la conquista, estas expresiones fueron reprimidas, pero no desaparecieron. En su lugar, se transformaron; los danzantes adoptaron instrumentos musicales europeos como el laúd (concha o cuenta hecho con el caparazón de un armadillo) y asociaron su danza a los santos y deidades cristianas, logrando conservar sus prácticas bajo una nueva forma.

En el caso de #Chalma, el santuario al Señor de Chalma ha sido desde la época colonial un punto de confluencia entre lo indígena y lo católico. La tradición cuenta que en este lugar existía un centro ceremonial dedicado a #Oztoteotl, y que los frailes agustinos construyeron una ermita cristiana sobre este sitio, generando un espacio de sincretismo desde su origen. Desde entonces, los concheros que peregrinan a Chalma no sólo lo hacen por devoción cristiana, sino también como un acto de renovación de sus compromisos ancestrales. Cada paso, cada giro y cada golpe del pie sobre la tierra es una oración.

La continuidad de las danzas de concheros en Chalma no es un simple acto folclórico, sino una forma de resistencia cultural y espiritual. En cada peregrinación anual, los concheros renuevan su promesa, no solo al Cristo de Chalma, sino también a sus ancestros. Su presencia en este santuario es la expresión de una identidad mestiza, pero con raíces profundas en lo indígena, que se niega a desaparecer. A pesar de los desafíos modernos, la comercialización de las fiestas, el desinterés de algunos sectores jóvenes, las tensiones internas por la pureza de los ritos, los concheros siguen danzando. Porque danzar es recordar, es sanar, es vivir la memoria en movimiento. Las danzas de concheros en Chalma son un puente entre mundos: entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo indígena y lo cristiano, entre lo corporal y lo espiritual. Su presencia en este santuario nos recuerda que la historia no está hecha solo de fechas y monumentos, sino de conciencias que se mueven, que creen, y que resisten con virtud el paso del tiempo.


REALIZACIÓN:
José Salvador Contreras Rosas
Miguel Ángel Domínguez Hernández
Germán Méndez Cervantes
Carlos Arturo Ramírez García


¡ÉL ES DIOS!