Dentro de las Mansiones "Old Money" de la PRINCESA REAL ANA

En este episodio, exploramos las majestuosas residencias de Ana, Princesa Real, mostrando una extraordinaria fusión de prestigio histórico y elegancia moderna.

Nos embarcamos en un viaje a través de las exquisitas residencias de la Princesa Ana, destacando cómo cada propiedad representa su rica herencia.

1. Comenzando con Gatcombe Park en Gloucestershire, una joya arquitectónica catalogada como monumento histórico de Grado 2, esta finca se unió a la historia de la familia real en 1976, cuando la reina Isabel II se la regaló a la princesa Ana como obsequio de bodas. Desarrollada entre 1771 y 1774 por Edward Sheppard y posteriormente mejorada por el economista David Ricardo y el arquitecto George Basevi, cuenta con una distinguida fachada de piedra de Bath. Gatcombe Park, que ahora se extiende a lo largo de 730 acres con instalaciones ecuestres, alberga anualmente el Festival Británico de Concurso Completo, reflejando la pasión de la princesa Ana por los deportes ecuestres.

Su residencia principal combina la arquitectura histórica con la vida doméstica propia de la realeza, con múltiples dormitorios y salones, rodeada de una granja autosuficiente.

Se pudieron vislumbrar más detalles de la vida privada de Ana durante una videollamada a principios de la pandemia de coronavirus, revelando un hogar marcado por la comodidad y la practicidad, en contraste con las expectativas de opulencia que suelen asociarse a las residencias reales.

Tras su divorcio del capitán Mark Phillips en 1992, Ana permaneció en Gatcombe con su segundo marido, Sir Timothy Laurence, lo que reafirmó la independencia financiera de la finca.

Gatcombe Park sirve como centro familiar para los hijos de Ana y sus familias, reforzando su papel como núcleo familiar y perpetuando la tradición ecuestre de la finca.

2. Paralelamente a la historia familiar, el Palacio de St. James en Londres sirve como residencia oficial de la princesa Ana en la ciudad. Construido entre 1531 y 1536 por el rey Enrique VIII, este tesoro Tudor ha albergado innumerables eventos históricos y actos oficiales.

Aunque la residencia principal de Ana es Gatcombe Park, St. James apoya sus compromisos en Londres. El palacio, con su fachada de ladrillo rojo e interiores históricos, acoge recepciones reales y ceremonias importantes, demostrando su continua relevancia en el panorama real y ceremonial de Gran Bretaña.

3. Mencionamos Clarence House y Sandringham House, cada una con su propia historia que desvela detalles de la vida real y su grandeza arquitectónica.

Clarence House, diseñada por John Nash entre 1825 y 1827, fue la cuna de la princesa Ana y se ha convertido en un santuario que fusiona una historia monumental con una elegancia privada.

4. Sandringham House, obsequiada por la reina Victoria en 1862 y posteriormente ampliada para convertirse en un refugio jacobino, sirve como residencia de vacaciones real y lugar de encuentro para reuniones familiares, encarnando un legado de patrimonio y vida privada de la realeza.

Cada una de estas residencias no solo representa una faceta de la identidad y las responsabilidades reales de la princesa Ana, sino que también constituye un testimonio del atractivo perdurable y la adaptabilidad funcional de las propiedades reales.