Última Ola — Lucifer Vemon (IA)

Canción original IA.

Montaje de video, letra personal: Lucifer Vemon.

By: Lucifer Vemon.



Hay melodías profundas que nacen del dolor, la decepción y el cansancio de dar más de lo que uno recibe. Esta canción habla de sanar un corazón olvidado, de aprender a levantarse sola y de encontrar fuerza en las heridas que antes dolían. Es una lección íntima sobre soltar, aceptar y descubrir que la verdadera libertad comienza cuando la fuerza nace desde adentro.


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Letra de Última Ola


En la orilla donde nacen mis silencios,
yo esperé, como espera la luna al mar.
El viento trajo tu nombre entre sus dedos,
y mi pecho volvió a temblar.
Me hablaste de un futuro que renace,
de un corazón que sabría enmendar,
de promesas que, dijiste, ya no romperías,
de volver…
y juntos volver a bailar.

Tus palabras eran fuego bajo mi piel,
eran faros en la noche que no quise perder.
“Cambiaré”, murmuraste,
“esta vez no voy a fallarte”.
Y yo te creí… como siempre te creí.

Pero la marea no sabe mentir,
ni las estrellas ocultar lo que fue.
Prometiste regresar al latido
que un día te enseñó a querer.
Prometiste cambiar,
prometiste bailar conmigo otra vez…
y aun así la noche cayó
sin el eco de tus pies.

Las olas me trajeron recuerdos
de juramentos tejidos en sal,
cuando dijiste ser mi espada y mi refugio,
mi verdad cuando el mundo fuera hostil.
“Si el cielo se quiebra y las estrellas caen,
yo volveré hacia ti”,
susurraste al abrazarme,
y yo prometí crear constelaciones nuevas
para guiarte de regreso a mí.

Pero el tiempo no espera,
y la espera también cansa.
Mi nombre se volvió eco en tu pecho,
el tuyo, herida que no alcanza
a cerrar sin doler.

Porque la marea no sabe mentir,
ni las estrellas ocultar lo que fue.
Prometiste regresar al latido
que un día te enseñó a querer.
Prometiste cambiar,
prometiste bailar conmigo otra vez…
y aun así la noche cayó
sin el eco de tus pies.

Dijiste que esta vez sería distinto,
que tu alma vendría limpia,
que no habría más huidas,
ni silencios,
ni sombras entre los dos.
Yo te esperé con el corazón desnudo,
con la fe temblando entre mis manos.
Pero tú te fuiste como siempre:
en silencio,
sin mirar atrás,
dejando mis promesas ardiendo
en un mar que ya no sabe perdonar.

La luna me preguntó por qué seguía aquí,
si tú ya habías dejado de venir.
Y yo…
yo aún escuchaba nuestro último baile
en el roce del viento,
en la memoria de tus dedos
sobre mi cintura.
Tu ausencia era un océano entero
tragándose cada respuesta.


Pero la marea no sabe mentir,
ni las estrellas ocultar lo que fue.
Prometiste regresar al latido
que un día te enseñó a querer.
Prometiste cambiar,
prometiste bailar conmigo otra vez…
pero la noche trajo tu silencio,
y no el sonido de tus pies.

Así que desciendo, lenta,
entre corrientes que ya no preguntan por ti.
Mi hogar profundo me llama de vuelta,
y sus aguas limpian lo que dejaste en mí.
Hoy dejo tu nombre en la orilla del mundo,
que la arena lo borre al fin.
Porque a veces lo más triste del amor
no es perderlo…
sino esperar a quien nunca quiso venir.