POLÉMICA en EL SALVADOR 🇸🇻 por la vuelta al orden y la disciplina en las escuelas y colegios.

La nueva ministra de Educación, Karla Trigueros, ha presentado disposiciones que buscan fortalecer la disciplina y el orden en las escuelas públicas. Entre las medidas se encuentra el uso correcto del uniforme, cortes de cabello adecuados, saludo respetuoso al ingresar, cuidado de la presentación personal, y un mayor respeto hacia los docentes y autoridades educativas.

Estas medidas han generado un intenso debate en el país. Muchos padres de familia y sectores conservadores aplauden la decisión, diciendo que por fin se pondrá orden en las aulas y se fomentará la cultura del respeto. Incluso hay quienes aseguran que este tipo de disciplina ayudará a que los jóvenes tengan mejores oportunidades en el futuro, porque la vida demanda orden y compromiso.

Por otro lado, sindicatos de docentes y organismos internacionales de derechos humanos han criticado la medida, señalando que podría convertirse en una forma de ‘militarización’ de la educación. Algunos aseguran que imponer normas de presentación personal es una violación de la libertad de los estudiantes.

Pero pensemos: ¿qué ha pasado cuando se ha dejado que reine el desorden? En muchos países, el progresismo mal entendido —esa idea de que cada quien haga lo que quiera sin responsabilidad— ha llevado a la pérdida de valores, a un vacío de respeto, a jóvenes sin rumbo, y en consecuencia a una sociedad desordenada y herida.

Hoy, El Salvador da un paso que puede ser polémico, pero también valiente: recuperar la disciplina como un valor. Esto, si se acompaña de amor, respeto y buen ejemplo, puede ser un pilar de transformación para las próximas generaciones.

Querida iglesia, aquí hay un llamado para nosotros: debemos apoyar, debemos orar, debemos involucrarnos. Que cada pastor y cada familia cristiana enseñe respeto, amor y disciplina desde el hogar. Así podremos construir no solo mejores estudiantes, sino mejores ciudadanos, y sobre todo, hombres y mujeres de fe.