Final Poetry Slam Gijon 2025

No quiero ser feliz

No quiero ser feliz,
porque para poder serlo
habría de arrancarme los ojos
y dejar de ver el mundo,
perder de vista los muertos
que llegan en las pateras,
no ver, tampoco, a los vivos,
ignorar el genocidio
a las puertas de mi casa,
también las mujeres muertas
a manos de sus parejas.

No quiero ser feliz,
porque sin ojos
no vería tu sonrisa,
los contornos de tu cuerpo,
ni la aurora, ni el ocaso,
no sabría lo que son las estrellas en el cielo.
Tampoco vería las olas,
rompiendo sobre la arena.

No quiero ser feliz,
porque para poder serlo
habría de tapar mis oídos
para no escuchar el mundo,
no oír los llantos, los gritos,
de los niños que han perdido
a sus padres en las guerras,
de los padres que han perdido
en las guerras a sus hijos,
el sonido de las bombas,
el silencio de los muertos.

No quiero ser feliz,
porque sin oídos
no escucharía tu voz,
tus susurros, tus gemidos,
cuando me dices: ”Te quiero”.
La música y las canciones,
los poemas de aquellos
que son de verdad poetas,
los cuentos de los abuelos.
Tampoco el viento, los truenos,
la lluvia tras los cristales.

No quiero ser feliz,
porque para poder serlo
habría de arrancarme la lengua,
para callar mi poesía,
para no gritar al viento
que no me gusta este mundo,
para no notar lo amargo
del tiempo que me ha tocado,
para evitar las palabras
que, hasta a mí, me hacen daño,
para no decir: “ya basta”.

No quiero ser feliz,
porque sin lengua
no sabría cómo sabes.
Ignoraría el sabor del buen vino,
la acidez del limón,
el dulzor de la naranja.
No podría maldecir,
ni alabar cuando haga falta.
No podría recitarte mi poesía cuando escuchas,
y no tendrían sentido, mis versos,
sin palabras pronunciadas.

No quiero ser feliz,
porque para poder serlo
debería levantar a mi alrededor murallas,
hechas de pura ignorancia,
con fosos de indiferencia,
cimentadas de egoísmo.
Desconocer lo que pasa,
allí fuera, en extramuros.
ignorar a quien sería infeliz por estar vivo,
siendo yo, feliz y muerto,
que no es vida estar aislado,
que no es vivir tener miedo.

No quiero ser feliz,
porque me niego a aislarme
del mundo tras la muralla.
Porque no quiero estar solo,
Porque ¿qué sentido tiene ser feliz sin compañía?

No quiero ser feliz,
tan solo, sentirme vivo,
y luchar para intentarlo,
sabiendo que es osadía
que está abocada al fracaso,
y cuando llegue el final
poder mirar hacia atrás y decir: “Lo has intentado”.

Vicente Cora

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