EXTREMADURA: EL AGUIJÓN DE PANTOJA, UN RINCÓN INCREÍBLE Y UN CASTRO PRERROMANO.

¿Sabes lo que es el Aguijón de Pantoja? Te lo cuento rapidito, que esto merece un paseo (y una cerveza en el quiosco de Talaván después).

En plena Extremadura, justo donde el río Almonte y el Tamuja se dan un abrazo antes de lanzarse juntos al Tajo, hay un sitio con un nombre que suena a leyenda: el Aguijón de Pantoja.

Hoy es un paisaje que quita el hipo, con curvas de río, matorral espeso y un silencio que parece que guarda secretos. Pero hace más de 2.000 años, los celtas ya estaban ahí, subidos en lo alto de ese espolón natural, controlando quién entraba, quién salía… y quién venía con malas intenciones. Vamos, que era su "mirador VIP defensivo".

Dicen que allí hubo un castro —un poblado fortificado—. ¿Y por qué lo pusieron ahí? Porque desde ese sitio lo veían todo. Agua, altura y buena piedra... ¿Quién necesita WiFi cuando lo tienes todo para vivir y resistir?

¿Y lo de “Pantoja”? Pues no tiene nada que ver con la tonadillera (o eso creo). Posiblemente sea el nombre de una antigua finca o familia medieval que heredó el paraje, lo ignoro. Pero lo de «aguijón» le viene que ni pintado, porque es un pico de tierra que se mete entre los ríos como una lanza.

Así que ya sabes: si algún día te apetece perderte en la historia, asomar los ojos a los paisajes de los antiguos y pisar tierra sagrada de celtas, romanos y pastores... el Aguijón de Pantoja te está esperando.

Además, este lugar esconde muchos otros secretos y curiosidades, merece la pena la visita y, si vas, no olvides hacer una foto. No por postureo, sino por respeto a los que ya miraban desde allí cuando aún no existía España).


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