REZO PROHIBIDO A LA SANTÍSIMA MUERTE QUE ABRE CAMINOS

La Santa Muerte, guardiana del amor y del deseo sagrado, escucha cada palabra pronunciada con fe.
Esta oración no es un simple rezo, es una invocación espiritual, un llamado que abre los caminos del amor, la reconciliación y la justicia del corazón.
Cuando la pronuncias con el alma abierta, el universo se alinea, los obstáculos se disuelven y el amor verdadero encuentra su rumbo.

Esta es una oración de fuego y esperanza, creada para aquellos que aman sin medida, para los que lloraron, esperaron o perdieron a quien aman.
La Santa Muerte Roja no ignora las lágrimas del corazón sincero; ella transforma el dolor en fortaleza, la ausencia en regreso, la soledad en compañía.
Bajo su manto ardiente, los sentimientos se limpian y el destino se corrige.
No es un hechizo, es un pacto de luz entre tú y Ella.

Enciende una vela roja.
Coloca tus manos sobre el pecho.
Respira profundo y repite cada palabra con fe.
Imagina a la Santa Muerte frente a ti, con su manto brillante y su mirada compasiva.
Siente su energía recorrer tu cuerpo mientras te libera del miedo y te llena de poder espiritual.

Esta oración no solo atrae amor: atrae equilibrio.
Porque el amor sin paz no florece, y la pasión sin propósito se desvanece.
Ella equilibra lo que está roto, restaura lo que se perdió y protege lo que realmente te pertenece.
Donde antes hubo dolor, pondrá calma.
Donde hubo distancia, pondrá reencuentro.
Y donde hubo duda, pondrá fe.

La Santa Muerte Roja trabaja con el poder de la verdad, no del engaño.
Si tu amor es puro, si tus intenciones son limpias, Ella actuará.
Pero si lo que pides nace del ego o la venganza, su fuego purificador se encargará de borrar lo que no debe permanecer.
Porque su poder no daña: transforma.
No ata: libera.
No castiga: enseña.

Reza esta oración durante siete noches seguidas.
No la pronuncies con desesperación, sino con certeza.
Porque cuando crees de verdad, no necesitas rogar: decretas.
Y cuando decretas, el universo obedece.

💀✨
Santa Muerte Roja, madre del amor y del fuego, cubre mi alma con tu poder.
Haz que el amor verdadero me encuentre, que la pasión me renueve, que la fe me sostenga.
En ti confío, en ti descanso, en ti decreto mi destino.
Así es. Así será. Así está hecho.