Dilemas y contradicciones del Ordenamiento Territorial Venezolano

Conferencia presentada dentro del Conversatorio 3 ENFOQUES CRÍTICOS Sobre el Desarrollo Territorial y Urbano en Venezuela, presentada el 21 de noviembre de 2024 bajo la moderación de Zulma Bolívar.
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Los cinco principales dilemas y contradicciones del ordenamiento territorial venezolano en sus diferentes escalas (ciudades, regiones y país) son:

1. Superposición y ambigüedad de las escalas territoriales: Existen múltiples formas de dividir y organizar el territorio según planes y leyes que han cambiado a lo largo de las décadas, lo que genera inconsistencia y falta de continuidad. Hay una coexistencia de regiones administrativas tradicionales, nuevas regiones según planes de desarrollo, ejes estratégicos y regiones militares, lo que complica la planificación coherente y genera ambigüedad sobre qué estructura prevalece en la práctica.​

2. Descentralización formal versus centralismo real: Aunque legalmente existen mecanismos para la descentralización (estados con capacidad para sus propios planes, municipios y consejos comunales), en la realidad ha predominado una fuerte centralización de la toma de decisiones, con predominio del Ejecutivo Nacional y de estructuras de tipo militar. Esto debilita la gestión autónoma de las gobernaciones, los municipios y las comunidades.​

3. Discontinuidad institucional y legal: La gestión territorial ha estado marcada por frecuentes cambios de instituciones, reorganización de ministerios y superposición de normativas. Esto ha generado vacíos legales, pérdida de memoria institucional, archivos y planes abandonados, así como cambios arbitrarios en las competencias territoriales de distintos organismos, lo que dificulta la trazabilidad y el seguimiento de desarrollos urbanísticos y regionales.​

4. Ambigüedad conceptual y multiplicidad de modelos: Los instrumentos de planificación usan modelos contradictorios, desde núcleos de desarrollo endógeno y ciudades comunales hasta zonas económicas especiales y distritos motores, además de conceptos difusos como sistemas de ciudades federadas y organización por cuencas. Esta mezcla fomenta interpretaciones flexibles que suelen generar agresiones ambientales, ocupaciones desordenadas y proyectos inconclusos o inoperativos.

5. Falta de visión integral y continuidad: Los planes nacionales y locales suelen responder a gestión política coyuntural, no a una visión de largo plazo, generando proyectos superpuestos y falta de foco en objetivos finales. El ordenamiento territorial es dogmático y normativo, sin adaptarse a las realidades urbanas y regionales, quedando rezagado frente a las tendencias y necesidades de desarrollo sostenible.

Estas contradicciones confluyen en los diferentes niveles: desde los megaproyectos nacionales y regiones estratégicas, hasta el desarrollo urbano y comunitario, afectando tanto la coherencia legal y administrativa como el resultado físico y social de la organización territorial venezolana. Esto afecta la gobernabilidad del sistema de ordenamiento territorial venezolano:

1. Fragmentación institucional y competencia de autoridades: Hay múltiples organismos con competencias superpuestas (ministerios, gobernaciones, alcaldías, consejos comunales, zonas militares, etc.), lo que genera confusión operativa, obstáculos en la ejecución de los planes y dificultad para establecer responsabilidades claras.​

2. Descoordinación intersectorial: La falta de alineación entre los sectores público (vivienda, servicios, ambiente, economía) y el sector privado lleva a que las acciones y proyectos no sean coherentes con los planes oficiales, lo que entorpece la implementación y genera resultados contradictorios, especialmente en ámbitos urbanos y regionales.​

3. Insuficiencia de recursos y capacidades técnicas: Muchas instituciones no cuentan con recursos, personal calificado ni herramientas adecuadas para ejecutar los planes territoriales, lo que provoca retrasos, incumplimientos y distorsiones del modelo originalmente diseñado. El sector privado suele percibir los planes como obstáculos burocráticos, lo que incentiva la informalidad.​

4. Falta de incentivos y sanciones reales: Los instrumentos normativos carecen de mecanismos eficaces para incentivar el cumplimiento (beneficios) o sancionar incumplimientos (multas, restricciones). Sin consecuencias claras, tanto el sector público como el privado tienden a incumplir o adaptar los planes a intereses coyunturales, debilitando la gobernabilidad.​

5. Débil transparencia y participación social: El proceso de formulación y seguimiento de los planes es poco transparente y suele excluir a los actores sociales relevantes, lo que genera desconfianza, baja apropiación y resistencia desde comunidades, gremios empresariales y otros actores locales.​

Estos factores se entrelazan, dificultando el cumplimiento de los objetivos del sistema de ordenamiento territorial y afectando negativamente la gobernabilidad, la gestión urbana y el desarrollo sostenible en Venezuela.