Y los vamos a recuperar con petróleo venezolano

Jaime Bayly sostiene que el presidente Donald Trump ha cometido un error estratégico y conceptual grave al afirmar que el petróleo, el oro y las riquezas de Venezuela pertenecen a Estados Unidos. Según el presentador, este discurso no solo carece de base legal sólida, sino que alimenta directamente la retórica de la dictadura, que siempre ha acusado a Washington de querer "robar" los recursos del país. Bayly aclara que, si bien es cierto que en enero de 1976 el presidente Carlos Andrés Pérez nacionalizó el petróleo perjudicando a compañías estadounidenses como ExxonMobil y Gulf Oil, la deuda resultante es un compromiso financiero pendiente y no una transferencia de soberanía sobre el subsuelo.

Para entender la magnitud económica del reclamo de Trump, Bayly desglosa las cifras de aquella época: las petroleras perdieron unos 5 billones de dólares de entonces y solo fueron compensadas con un billón. Esto dejó una deuda pendiente de 4 billones de dólares que, ajustada por la inflación de los últimos 50 años, ascendería hoy a unos 23.000 millones de dólares. No obstante, el presentador enfatiza que existe una diferencia abismal entre reclamar una compensación corporativa de 23.000 millones y alegar que "todo el petróleo venezolano es nuestro", calificando esta última postura como vulgar y contraproducente.

La crítica de Bayly se vuelve más aguda al señalar la contradicción flagrante de la administración Trump respecto a Chevron. A pesar de las amenazas de bloqueo naval selectivo, Trump permitió en julio de 2025 una licencia para que Chevron siga operando en Venezuela. Actualmente, la compañía estadounidense extrae unos 240.000 barriles diarios, lo que representa cerca del 30% de la producción total del país. Bajo las condiciones actuales del Departamento del Tesoro, Chevron entrega una parte sustancial del petróleo extraído a PDVSA, el cual termina siendo comercializado por operadores vinculados al régimen.

Bayly identifica a Ramón Carretero Napolitano, un operador panameño, como el testaferro encargado de vender ese petróleo que Chevron entrega a la dictadura. Se estima que en los últimos meses Carretero ha comercializado unos 500 millones de dólares en crudo, fondos que terminarían en manos de la familia de Maduro y de su esposa, Cilia Flores. La ironía final del relato es que el Departamento del Tesoro acaba de sancionar a los hermanos Carretero Napolitano y a casi toda la familia de Carlos Malpica Flores (sobrino de Cilia Flores), incluyendo a sus padres, esposa e hija, por ocultar dinero mal habido, mientras simultáneamente se mantiene la licencia que permite a Chevron suministrar el petróleo que genera esa riqueza.

Concluye que la política de Trump hacia Venezuela es un "rosario de contradicciones" y una serie de "volantazos" sin un norte moral claro. Mientras se realizan operaciones militares contra narcolanchas en el Pacífico y el Caribe que han dejado más de cien muertos, el canal de financiamiento que sostiene al círculo íntimo de Miraflores sigue abierto mediante la explotación petrolera autorizada. Para Bayly, sería mucho más coherente y eficaz retirar a Chevron de Venezuela para dejar sin divisas a la dictadura, en lugar de proferir amenazas que solo fortalecen el discurso de Maduro frente a la izquierda latinoamericana.

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