OPENAI: LA PRESIÓN FINANCIERA DESENCADENA UNA CAJA DE PANDORA

OpenAI se enfrenta a un crítico dilema financiero-ético impulsado por su enorme consumo de capital de $8 mil millones proyectado para 2025 y la necesidad de alcanzar rentabilidad para 2029.

Esta presión económica la ha llevado a adoptar estrategias de alto riesgo, como el lanzamiento de su navegador ChatGPT Atlas y la incursión en el mercado Sextech con políticas permisivas de contenido erótico para adultos, lo cual, sin embargo, alimenta directamente la crisis global de los deepfakes no consensuales, que victimizan predominantemente a mujeres y niñas (aumento del 550% entre 2019 y 2023).

El fracaso de sus barreras de protección, evidenciado en el caso del actor Bryan Cranston, valida la urgencia de una intervención legislativa como la Ley NO FAKES.


En última instancia, el futuro de OpenAI pende de la decisión de priorizar el crecimiento económico a expensas de su misión de seguridad, o adoptar una costosa gobernanza proactiva para preservar la confianza mediática y judicial.


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