Visitamos Granada (Parte I). Alhambra, Catedral de Granada, Albaicín, Alcaicería.

Esta semana este canal ha estado en Granada, el último bastión del reino nazarí, el lugar donde los Reyes Católicos tienen sus sepulturas como prueba de la importancia histórica de Granada.
Esta fascinante ciudad, una de las más bellas de España y del mundo, no se puede conocer en un fin de semana. Así que vamos a regresar más adelante para grabar dos capítulos más.

Solo La Alhambra requiere toda nuestra atención un día entero. Es un complejo arquitectónico que combina fortalezas, palacios y jardines, y es un testimonio excepcional de la cultura y el arte andalusí en la Península Ibérica.
La Alhambra comenzó como una modesta fortaleza en el s. IX, pero fue en el s. XIII, con la llegada del primer rey nazarí, Mohammed ben Al-Hamar (Mohammed I), cuando se convirtió en una residencia real y en el centro político del Reino Nazarí de Granada. Durante los ss. XIII y XIV, los sultanes nazaríes ampliaron y embellecieron el complejo, convirtiéndolo en un símbolo de poder y refinamiento. Fue en esta época cuando los saberes científicos y arquitectónicos de los nazaríes alcanzaron su mayor esplendor. Y La Alhambra es un reflejo de esta circunstancia.
Tras siglos de abandono y deterioro, la Alhambra fue redescubierta en el s. XIX por viajeros románticos como Washington Irving, quienes quedaron fascinados por su belleza. Desde entonces, ha sido restaurada y conservada como un tesoro cultural.
En el recinto de La Alhambra podemos perdernos en la belleza de los Palacios Nazaríes con el Palacio de los Leones donde los nazaríes plasmaron una arquitectura muy refinada que cautiva al visitante.
También los cristianos dejaron su impronta en La Alhambra con el imponente Palacio de Carlos V, mandado construir por el emperador cuando pasó su luna de miel en Granada tras la boda en Sevilla con Isabel de Portugal. Carlos V nunca regresó a Granada y no conoció su palacio.
La Alcazaba es la parte más antigua del complejo, una fortaleza militar desde donde se vigilaba la ciudad. Desde sus torres, como la Torre de la Vela, se tienen unas vistas espectaculares de Granada y sus alrededores que hemos disfrutado mucho.
Aunque el Generalife no estaba inicialmente en La Alhambra, hoy también forma parte de la oferta de monumentos que podemos visitar con la entrada general de La Alhambra. Esta era la residencia de verano de los sultanes nazaríes, situada fuera de las murallas de la Alhambra. Destacan sus jardines exuberantes, fuentes y patios, como el Patio de la Acequia, que reflejan la importancia del agua en la cultura islámica.
Si en La Alhambra hay un elemento que lo baña todo, es el agua. El líquido elemento no solo tenía una función práctica, sino también simbólica, representando la pureza y la vida. Su sonido y reflejos añaden una dimensión sensorial única.
Además, La Alhambra está rodeada de historias y leyendas, como la de los Abencerrajes, una familia noble supuestamente asesinada en uno de los palacios.

Después también hemos encontrado algo de tiempo para bajar al casco histórico y visitar varios monumentos como la magnífica Catedral de Granada. La catedral se construyó sobre la antigua mezquita mayor de Granada, siguiendo un patrón común en la época para simbolizar el triunfo del cristianismo.
Las obras comenzaron en 1523 bajo la dirección del arquitecto Enrique Egas, quien diseñó un proyecto inicial de estilo gótico. Sin embargo, en 1528, el arquitecto Diego de Siloé tomó las riendas y transformó el diseño hacia un estilo renacentista, más acorde con las tendencias de la época. La maestría de Siloé se percibe muy bien en el Altar Mayor, una obra maestra del arte de la época.

La Iglesia del Sagrario de Granada es otro de los tesoros arquitectónicos y religiosos de la ciudad, aunque a menudo queda eclipsada por la majestuosidad de la Catedral y la Capilla Real. Cuando visitamos la Capilla real ya estaba cerrada, así que pudimos asomarnos a este bonito templo que se construyó en el s. XVII, como parte de los esfuerzos para consolidar el cristianismo en Granada tras la Reconquista. Fue diseñada para servir como parroquia y lugar de culto para los feligreses, complementando las funciones de la Catedral. Es un ejemplo del estilo barroco granadino, con algunos elementos renacentistas.

Y después, nada mejor que echarse a andar por las alambicadas y sinuosas calles del Albaicín, declaro por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Este precioso barrio nos sumerge en otra época, un testigo de la universalidad de Granada y la mezcla de culturas. Las vistas de La Alhambra desde el Mirador de San Nicolás al atardecer, son realmente bellas.

Si deseas planificar mejor tu visita a Granada, esta guía oficial del Ayuntamiento de Granada te va a venir fenomenal: https://turismo.granada.org/es