"EL ORGULLO" por Agnus Dei Prod.
Автор: Agnus Dei Prod
Загружено: 2025-10-09
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El orgullo es la más grande y peligrosa seducción a la que pueda ceder el hombre.El orgulloso todo lo ve mal. Ve donde no hay nada que ver, y no ve donde habría de ver algo. Siempre ciego y obstinado, está convencido de su penetración e imparcialidad.
San Juan Crisóstomo afirma que el orgullo es la más grande de las locuras, y que no hay insensato comparable con el orgulloso. ¿Qué mayor locura, en efecto, que resistir a Dios y querer declararle la guerra?¿Qué mayor locura que privarse y despojarse voluntariamente del favor, de la gracia y del auxilio de Dios, de quien es todo y a quien todo pertenece?¿Qué mayor locura que tener por antagonista y enemigo, no a un hombre, no a un ángel, ni tampoco al mismo demonio, sino a Dios en persona, y osar provocarle como a duelo? (Homil. ad pop.)
La reprensión, que hace mejores a los humildes, es intolerable a los orgullosos, dice San Cirilo (Catech. II, 4).
El orgulloso se parece al erizo. Al ver correr a este cuadrúpedo, se divisan sus patas, sus orejas y su hocico; pero, si alguno se le acerca y quiere cogerlo, se convierte en una bola erizada de agujas que ensangrientan las manos. De cualquier modo, y por cualquier parte que toméis al orgulloso, viene a ser un erizo que pincha y hiere.
Todo orgulloso se hace superior a Dios, dice San Bernardo. Dios quiere que hagamos su voluntad; y el orgulloso quiere que hagamos la suya propia.
El orgullo es un gran mal, porque ataca a Dios, lo acusa, lo cachetea, lo escupe y lo provoca a una lucha, a pesar suyo.
El crimen del orgulloso es muy grande, dice San Juan Crisóstomo; más vale ser loco que orgulloso. La locura no es más que el impedimento de la acción del alma, en tanto que el orgullo es una locura voluntaria. El loco guarda para sí solo su desgracia; pero el orgulloso hace la desgracia de los demás. (Homilía XXXIX ad populum)
El orgullo hace su propia voluntad, y la humildad hace la voluntad de Dios, dice San Agustín (De Civitate Dei).
"Sólo el orgullo se levanta contra todas las virtudes", dice San Bernardo,y como un veneno general, las corrompe todas. Sermón XVII sobre el Cantar de los Cantares)
El orgullo es el camino de la ignominia. Cuando el orgullo sube y crece, el hombre se rebaja hasta el cieno.
Dios y los hombres aborrecen al orgulloso, dice la Escritura: Odibilis coram Deo est et hominibus superbia. (Eclesiástico 10, 7)
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