Cristián Dodds - Responso de un monturero - estilo

Cristian Dodds es un sensible autor e intérprete de la música de la región Pampeana en esta oportunidad un estilo criollo de su propia autoria espero lo disfruten , debajo está la letra .

Este tema está incluido en un cd que va acompañado de un Libro y que tituló "Dios y Ayacucho"para consultas o adquirir escriban aqui: [email protected]
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Reseña biográfica según su propio blog
Cristián Dodds
Nací en Buenos Aires el 12 de enero de 1981 en una familia porteña y cristiana. Soy sacerdote de la diócesis de San Isidro, y actualmente vivo y trabajo en la parroquia Ntra. Sra. del Carmen de San Fernando. Me gusta tocar la guitarra y cantar, especialmente la música de mi provincia. Y me gusta la lluvia. Soy el inmerecedor heredero de un riquísimo legado, y me siento llamado a transmitirlo. Esta herencia es un poco incatalogable, pero se me ocurrió cifrarla así, en dos palabras: Dios y Ayacucho.

http://diosyayacucho.blogspot.com/201...
Excelente trabajo a realizado por Ricardo Luis Acebaly su equipo de Identidad cultural
http://www.identidad-cultural.com.ar/...

MONTURERO CUÉ

Aunque el calificativo "viejo/de muy antes" está escrito en guaraní (cué) la pequeña construcción que oficiaba de "guardián de prendas camperas: riendas, matras, encimeras, cueros amontonados y recados" homenajeado por Dodds es hoy "tapera de recuerdos" en un rincón bonaerense.

Responso de un monturero (estilo)

Fuiste el viejo monturero
de la estancia "La Victoria",
centinela de la historia
y en "La Loma del Rodeo";
por eso, cuando te veo
sin remedio derrotado,
siento que se ha terminado
con vos parte de mi vida,
que arrastraste en tu caída
lo mejor de mi pasado.

Aún adivino tu estampa
recortando el horizonte
en el ojo donde el monte
se abre a la luz de la pampa...
Ya no veré el sol que estampa
su luz de oro en tu costado,
cuando en las tardes cansado,
me llegaba hasta tu alero
como hasta un altar campero
a ofrendarte mi recado.

Eras el templo sagrado
guardián de pilchas camperas:
riendas, matras, encimeras
y cueros amontonados;
al fondo, varios recados
en el aire galopaban,
y al entrar se destacaba,
por su criolla distinción,
el recado del patrón:
mi abuelo, Don Jaime Achával.

Ya es una imagen perdida
ver toda la caballada
en tu palenque ensillada
antes de la recorrida.
Ya tu presencia extinguida
cubrió el yuyo y la maleza,
y me gana la certeza
que a tu palenque olvidado
quisiera morir atado
con un cabresto 'e tristeza.