Morí rodeado de premios… pero nadie vino a mi funeral. Hoy entiendo por qué.

Roberto Sandoval tenía todo lo que el mundo le decía que importaba: premios, reconocimiento, riqueza y éxito. A los 62 años, era un aclamado director ejecutivo con un imperio farmacéutico y paredes cubiertas de trofeos. Entonces sufrió un infarto fulminante y murió durante tres minutos.
Al despertar en el hospital, esperaba visitas, flores, preocupación. En cambio, se enfrentó a un silencio absoluto. Sus hijos se negaron a venir. Su exesposa no contestaba las llamadas. Sus socios comerciales enviaron un acuerdo corporativo genérico. Estaba total y devastadoramente solo.
En esos días de hospital vacío, Roberto finalmente comprendió la verdad: había pasado 40 años construyendo un imperio de logros mientras destruía todo lo que realmente importaba. Se había perdido la infancia de sus hijos por viajes de negocios. Había preferido las ceremonias de premios a las cenas familiares. Había priorizado el reconocimiento sobre las relaciones.
Esta es la poderosa historia de un hombre que aprende demasiado tarde que el éxito no significa nada si no tienes con quién compartirlo. Trata sobre el doloroso viaje de intentar reconstruir puentes quebrados, obtener el perdón que quizás no mereces y descubrir lo que realmente importa antes de que sea demasiado tarde.
¿Se puede perdonar toda una vida de ausencia? ¿Se pueden reparar relaciones rotas durante décadas? El viaje de Roberto explora el devastador costo de la ambición y la frágil esperanza de redención.