Quiste Óseo Aneurismático

El quiste óseo aneurismático es una lesión osteolíticas expansiva constituida por espacios de tamaño variable rellenos de sangre y separados entre sí por tabiques de tejido conectivo. Representa del 1 al 6 % de todas las lesiones óseas primarias. El 70 % de los casos es primario y el 30 % secundario. Predomina en las dos primeras décadas de la vida con la mayor incidencia de 12 a 13 años. Los huesos más afectados son los huesos largos como el fémur, la tibia, peroné y el húmero. Para explicar su aparición existen tres teorías, la primera relacionada con la causa genética, la segunda debido a un trauma previo y la tercera se basa en su origen de una lesión precursora. El cuadro clínico de un paciente con quiste óseo aneurismático varia desde una forma asintomática a otra con la presencia de dolor e impotencia funcional. La radiografía simple ayuda al diagnóstico y son típicas las imágenes en forma de cáscara de huevo, pompas de jabón o panal de abejas, otros estudios imagenológicos de gran ayuda son la tomografía axial computarizada, la imagen de resonancia magnética y la gammagrafía ósea. En la presentación se exponen los elementos más importantes relacionados con la macro y microscopia. Se expone la clasificación propuesta por Enneking y Capanna. En el diagnóstico diferencial de pacientes con quiste óseo aneurismático se deben tener en cuenta entidades como: el quiste óseo solitario, el fibroma condromixoide, tumor de células gigantes, osteoblastoma y osteosarcoma telangestásico. El tratamiento es eminentemente quirúrgico e incluye variantes como el curetaje óseo con o sin terapia adyuvante, resección amplia, embolización, entre otros. Las principales complicaciones son la recidiva, fractura patológica, estenosis de canal, malignización y trastornos del crecimiento. Alrededor de un 30 % de los pacientes que presenta quiste óseo aneurismático lo hace desde una lesión precursora entre las que se encuentran: displasia fibrosa, fibroma condromixoide, hemangioma entre otras.