🌟TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS EN LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN | día 6 |🌟By. Obst. Elena Sánchez

TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS EN LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN

La limpieza y desinfección son procesos esenciales en el ámbito hospitalario, industrial y comunitario, orientados a garantizar la seguridad sanitaria y a prevenir la transmisión de agentes infecciosos. La limpieza consiste en la eliminación de suciedad visible, polvo, restos orgánicos e inorgánicos, mientras que la desinfección tiene como objetivo destruir o inactivar microorganismos patógenos presentes en las superficies y equipos.

El proceso de limpieza siempre debe anteceder a la desinfección, ya que la presencia de materia orgánica puede inactivar los agentes químicos desinfectantes. Entre las técnicas de limpieza más utilizadas se encuentran la limpieza manual, realizada con agua, detergentes y acción mecánica; y la limpieza mecanizada, que utiliza equipos como aspiradoras, fregadoras y lavadoras de alta presión.

En los procedimientos hospitalarios, se sigue la norma de limpiar de lo más limpio a lo más sucio, de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera, con el fin de evitar la redistribución de contaminantes. Además, se recomienda el uso de paños o mopas diferenciados por colores para cada área, evitando la contaminación cruzada.

La desinfección química emplea agentes como el hipoclorito de sodio, el alcohol al 70 %, los amonios cuaternarios o el peróxido de hidrógeno, cuya elección depende del nivel de riesgo, la superficie a tratar y la resistencia del microorganismo. La desinfección física, en cambio, se realiza mediante calor húmedo, radiación ultravioleta o vapor, técnicas eficaces en equipos y espacios reducidos.

En la práctica clínica, la desinfección se clasifica en tres niveles: alta, intermedia y baja. La desinfección de alto nivel se utiliza para instrumentos semicríticos como endoscopios; la intermedia, para superficies en contacto con piel intacta; y la baja, para áreas no críticas como mobiliario general.

El personal encargado de estas tareas debe cumplir protocolos de bioseguridad, utilizando equipo de protección personal (EPP) como guantes, mascarillas, gafas y batas impermeables. Asimismo, debe recibir capacitación constante en técnicas de limpieza y manipulación segura de sustancias químicas.

La frecuencia de limpieza y desinfección depende del área: las zonas críticas (quirófanos, UCI, salas de procedimientos) requieren procesos continuos y estrictos, mientras que las áreas administrativas pueden seguir cronogramas más flexibles.

Un paso fundamental es la eliminación segura de los residuos generados, siguiendo protocolos de clasificación, almacenamiento y disposición final, con el fin de evitar riesgos ambientales y ocupacionales.

En conclusión, la correcta aplicación de las técnicas y procedimientos en limpieza y desinfección constituye un pilar en la prevención de infecciones y en la garantía de la calidad en la atención sanitaria. Su cumplimiento estricto no solo protege a los pacientes y al personal de salud, sino que también contribuye a entornos más seguros, sostenibles y confiables.