2010 Mariana Lima desapareció en Chimalhuacán—y lo que su esposo intentó ocultar conmocionó a México

Mariana Lima Buendía, de 28 años, vivía un matrimonio abusivo con Julio César Hernández Ballinas, comandante de la Policía Judicial de Chimalhuacán, quien la sometía a violencia doméstica sistemática con golpes, amenazas y control total sobre su vida, hasta que en mayo de 2010 Mariana reunió el valor para escapar y refugiarse en casa de sus padres, decidida a divorciarse y comenzar una nueva vida libre de violencia. El 28 de junio de 2010, cuando Mariana regresó a recoger sus pertenencias pensando que la casa estaba vacía, Julio César la estaba esperando y la asesinó brutalmente en un ataque de furia, posteriormente escenificando su muerte como un suicidio por ahorcamiento para encubrir el feminicidio, mientras sus propios compañeros policías cerraron el caso en 48 horas sin investigar apropiadamente. Irinea Buendía, la madre de Mariana, se negó rotundamente a aceptar la versión oficial del suicidio y comenzó una lucha solitaria de 13 años contra todo el sistema judicial mexicano, recopilando evidencias, buscando abogados, y presionando hasta lograr que la Suprema Corte de Justicia ordenara la reapertura del caso en 2015 con perspectiva de género. En marzo de 2023, después de un juicio que se convirtió en símbolo nacional de la lucha contra el feminicidio, Julio César fue condenado a 70 años de prisión, pero más importante aún, el caso estableció el "Protocolo Mariana Lima Buendía" que obliga a todas las autoridades mexicanas a investigar toda muerte violenta de mujer como posible feminicidio, no como suicidio. El legado de Mariana trascendió las fronteras mexicanas, inspirando reformas legales en toda América Latina, la creación de centros especializados en investigación de feminicidios, y demostrando que la determinación de una madre puede cambiar las leyes de todo un país y salvar miles de vidas futuras, convirtiendo una tragedia personal en esperanza y justicia para millones de mujeres.