Arritmias Ventriculares | Super Repaso

La evaluación de las arritmias ventriculares es fundamental para determinar su riesgo y definir la estrategia terapéutica. Estas arritmias abarcan desde extrasístoles ventriculares aisladas hasta taquicardias ventriculares sostenidas y fibrilación ventricular, con implicaciones que van desde hallazgos benignos hasta situaciones de alto riesgo de muerte súbita. La valoración incluye una historia clínica detallada, exploración física, electrocardiograma en reposo, monitoreo ambulatorio (Holter o registradores prolongados), pruebas de esfuerzo y, en casos seleccionados, estudio electrofisiológico invasivo para inducir arritmias y evaluar su mecanismo. En pacientes con cardiopatía estructural, la presencia de arritmias ventriculares adquiere una importancia pronóstica mucho mayor.

El enfoque terapéutico depende de la gravedad y del contexto clínico. En casos leves o sin cardiopatía significativa, basta con medidas de control y seguimiento. Cuando existe disfunción ventricular, cardiopatía isquémica o canalopatías hereditarias, el riesgo de muerte súbita aumenta y se consideran estrategias como el uso de antiarrítmicos (amiodarona, betabloqueadores, lidocaína, procainamida), la ablación por radiofrecuencia y la implantación de un desfibrilador automático implantable (DAI) como prevención secundaria o primaria según el riesgo. En situaciones de arritmias ventriculares malignas, el diagnóstico temprano y la intervención multidisciplinaria son clave para mejorar la supervivencia.

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