Parasha Jaye Sarah

🕊️ Shalom Alejem, bienvenido a un nuevo encuentro con la Torá y el alma.
Esta semana entramos en la Parashá Jayé Sará, cuyo nombre significa “La vida de Sará”, aunque comienza relatando su partida de este mundo. La Torá nos enseña así un secreto eterno: la verdadera vida de una persona no termina con su muerte, sino que continúa a través del legado espiritual que deja en quienes la amaron y aprendieron de ella. Sará, la primera matriarca, vivió cada uno de sus años con propósito, fe y conexión profunda con Hashem. Por eso la Torá describe sus días como “todos igualmente buenos”, no por ausencia de pruebas, sino porque su vida estuvo llena de significado.En esta parashá, Avraham compra la Cueva de Majpelá, la primera adquisición eterna en la Tierra Prometida. Aquí descubrimos que el vínculo entre el pueblo de Israel y la tierra no comenzó con un ejército ni con una conquista, sino con lágrimas, amor y un pacto de permanencia.Luego, Avraham envía a su siervo Eliézer a buscar una esposa para Itzjak, y en esta misión vemos cómo Hashem guía incluso los detalles más pequeños cuando una acción nace de la pureza del corazón. Rivká aparece en escena como un alma generosa, decidida y luminosa. Su bondad —dar agua no solo al viajero, sino también a sus camellos— revela que la grandeza se reconoce en actos de compasión sincera.Finalmente, Avraham se vuelve a casar y asegura la continuidad de su linaje, mientras Itzjak encuentra consuelo en Rivká después de la muerte de su madre, mostrándonos que el amor y la fe pueden sanar heridas profundas del alma. Jayé Sará nos invita a reflexionar sobre la huella que dejamos en nuestro mundo. Nos recuerda que cada elección, cada acto de bondad y cada paso de fe construyen una vida que trasciende el tiempo. Acompáñanos en esta reflexión sobre el legado de Sará, las raíces hebreas que iluminan su vida, y el mensaje eterno de vivir con propósito, bondad y fidelidad al camino que Hashem traza para nosotros. Shalom Alejem