El CJNG Iba Por Un Convoy En La Sierra — Solo Que No Sabían Que 300 Militares Los Estaban Esperando.
Автор: Crónicas de Adrenalina
Загружено: 2025-12-26
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Son las 03:15 de la madrugada en la Sierra de Santa Lucía, y el frío muerde la piel como si supiera que esta noche alguien va a morir. Desde lo alto de la montaña, el Teniente Coronel Julián Herrera observa el valle con binoculares empañados, esperando un convoy que oficialmente no existe. El viento huele a pino, a metal húmedo… y a venganza. Abajo, una carretera serpentea junto al precipicio. En treinta y siete minutos, ocho camiones militares entrarán en esa garganta de piedra. O eso es lo que creen los hombres que ya se mueven entre las sombras.
Herrera lleva veintidós años de servicio, un uniforme lleno de medallas y un secreto que le pesa más que el arma en sus manos: esta operación no es solo del Ejército. Es personal. Ocho meses atrás, su hermano menor apareció colgado de un puente, con un mensaje del CJNG cosido al pecho. Desde entonces, cada noche termina igual: con la misma imagen regresando a su cabeza y una sola promesa ardiendo en silencio.
La radio crepita. “Todos los equipos en posición”. Trescientos soldados contienen la respiración. En las montañas opuestas, ciento sesenta sicarios avanzan convencidos de que van a cazar un convoy indefenso.
Lo que ninguno de ellos sabe es que, a esa hora exacta, en ese valle estrecho, la trampa ya se ha cerrado… y alguien está a punto de descubrir que esta no es una emboscada, sino un ajuste de cuentas que puede cambiar el rumbo de una guerra.
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