A Llorar Al Arbolito

En este tango, la fe y la moneda se confunden en una misma plegaria profana. “A Llorar al Arbolito” es el lamento del pueblo que, traicionado por sus instituciones, busca redención en la sombra de la trampa. El “arbolito”, símbolo del mercado clandestino y de la esperanza torcida, se vuelve santuario de una fe económica desesperada, donde el alma se cotiza al dólar y la inocencia se devalúa con cada crisis.
La canción no sólo denuncia el fraude político y financiero: canta la metafísica del despojo, el drama moral de un país que ya no distingue entre pecado y necesidad. En su voz se mezclan ironía, dolor y sabiduría popular; el tango se convierte así en una filosofía de la supervivencia, donde el pobre, aun sabiendo que pierde, canta para no morir del todo.
Cada verso es una confesión: una nación entera llorando bajo el mismo “árbol”, buscando consuelo entre billetes verdes y sueños rotos.

In this tango, faith and currency merge into a single profane prayer. “A Llorar al Arbolito” (“Cry to the Little Tree”) is the lament of a people betrayed by their own institutions, seeking redemption in the shadows of corruption. The “little tree” —the street figure who trades illegal dollars— becomes a sacred mirage, a black-market messiah in a land where despair has an exchange rate.
The singer denounces more than political or financial fraud; he unveils the metaphysics of loss, the moral collapse of a nation where sin and survival share the same face. With irony and heartbreak, the tango rises as a philosophy of endurance —a way to keep singing when justice has gone bankrupt.
Each verse is a cry of collective grief, a confession carved in rhythm: an entire people weeping beneath the same “tree”, trading faith for currency, and dignity for one more day.