Serie: Conociendo a Dios "Dios es Temible"

Serie: Conociendo a Dios
34: Dios es temible

“Temible eres tú; ¿quién podrá permanecer en tu presencia cuando se desate tu ira?”, Salmos 76:7.

1. Temible
“Temible” = que infunde temor o es digno de ser temido. Dios es temible e inspira temor.
Pero ¿Dios no es amor? Sí, sí lo es, pero también es justo y temible. Merece nuestro respeto y obediencia si queremos evitar ser justamente castigados. Su santidad, justicia y omnipotencia nos deben motivar a temerle.
Por eso, en el caso del creyente, el temor a Dios significa respetar, honrar y venerar. Pero, en el no creyente no sólo es temor sino más bien debería inspirar terror.
Las personas les temen a muchas cosas: empobrecer, enfermar, morir, al diablo. Pero casi nadie teme a Dios. Al menos no como deberían. Al contrario: confían que Dios es bueno, amoroso y misericordioso. Viven engañados si ignoran que Él también es justo y que no dejará al culpable sin castigo (Números 14:18).
¿Hay algo más temible que Dios? ¿Existe algo o alguien a quien el hombre debería temer más que a Dios? La respuesta a ambas preguntas es: “NO”. No hay nada, ni nadie a quien debamos temer más que a Dios. Ni a la muerte (ya fue derrotada por Cristo, 1 Corintios 15:54-57), ni a los demonios (Cristo triunfó sobre ellos en la cruz, Colosenses 2:15), ni a Satanás (Cristo lo venció con su muerte y resurrección, Hebreos 2:14). Pero, a Dios nadie lo ha vencido, ni nadie lo vencerá. Su justicia eterna es (Salmos 119:142). Su ira nunca se apagará contra quienes no obedecen el Evangelio (2 Tesalonicenses 1:9). A eso se refiere el lago de fuego eterno de Ap. 20.

2. Salvos del Temible
Entonces, no hay nada ni nadie a quien debamos temer más que a Dios: “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno.”, Mateo 10:28. “¡Horrenda/terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo!”, Hebreos 10:31.
Por ello, Jesucristo vino para salvarnos y evitarnos enfrentar al Dios temible (Cristo recibió el castigo justo que merecíamos). A eso se refiere la Biblia cuando dice que somos salvos –de la ira eterna de Dios (Romanos 5:9).

3. De quién temeré
Entonces, si a quien más debemos temer es a Dios, bien que nos conviene, y es sabio, estar reconciliados con Él. Estar a cuentas con Él. Tener paz con Él. De esta manera, Dios estará con nosotros. Más bien, nosotros estaremos con Dios, y no contra Dios, ni Dios contra nosotros; sino con nosotros, en nosotros y por nosotros. “El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?”, Salmos 27:1. “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”, Romanos 8:31b.
Así, quien teme al Señor, no debería temer a nada ni a nadie que no sea Él (pobreza, peligro, persecución, hambre, enfermedad, muerte, enemigo, etc.). Pero, quien no teme al Señor no sólo debería temerle a lo que el hombre natural más le teme: a la muerte; sino que su más grande y profundo temor debería ser hacía Dios. Dios el más temible y terrible enemigo del pecador.

4. Amor y temor
“En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor conlleva castigo, y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.”, 1 Juan 4:18.
Para los hijos de Dios en Su amor no hay miedo, sino que el perfecto amor echa afuera el miedo a Dios. El que tiene el temor que proviene de Dios más le ama, y más trata de agradarle y complacerle. En ello no hay miedo.


5. Oración
Si no has reconocido a Jesús como Señor y Salvador y no quieres enfrentarte al temible Dios de la Biblia, no esperes más Hazlo ahora. Arrepiéntete y pon tu fe en Jesucristo.
Dios te ama y quiere que le temas en amor y que ya no tengas miedo a nada ni a nadie porque Él está contigo.