UN ANCLA DE CAPA TE PUEDE SALVAR LA VIDA!

UN ANCLA DE CAPA NOS PUEDE SALVAR LA VIDA!!

Todos sabemos muy bien por ejemplo, qué tipo de cañas, reels, boyas o carnadas utilizar para la pesca del pejerrey, pero pocos sabemos qué hacer en caso de encontrarnos de repente sin motor por algún inconveniente mecánico entre medio del viento y las olas.
En esa situación, si vemos que permanecer fondeados se pone peligroso porque las olas comienzan a entrar por la proa, llega la noche, o porque no tenemos señal ni comunicación en esa parte de la laguna, se recomienda garetear de proa a las olas, osea con la punta del bote en dirección hacia donde viene el viento y en contra del mismo, y jamás con el cabo atado de popa o tolete.
Debemos ir derivando con el bote como si estuviésemos andando con el motor marcha atrás, por así decirlo y para que se entienda mejor, mientras pedimos ayuda a costa por teléfono, sentados cada uno en su lugar manteniendo el peso a bordo bien repartido, con los chalecos colocados, y desplazándonos en forma segura hacia una costa buscando baja profundidad, para de esa forma reducir riesgos graves, y allí ver como pedir ayuda desde tierra firme, o caminar hacia el pesquero.
Por eso, el cabo del ancla siempre debe estar amarrado de proa (la punta del bote), donde podremos arrojar al agua un ancla de metal atada de su lado opuesto para que no se clave, un muerto o peso, o un ancla de capa, de esa forma garrear (marcha atrás) lentamente hacia una orilla.
Si no contamos con un ancla de capa, y la profundidad excede el largo del cabo del bote que alquilamos, podremos improvisarla atando baldes y camperas con una cuerda a la proa, para que a modo de paracaídas acuático frene la deriva de la embarcación y la mantenga recta, evitando dar vueltas sobre su eje como una calesita, y de esa forma no ingrese la marejada por la popa o por una borda, provocando que ese líquido incremente el peso en cada ola, con litros y litros que van a moverse erráticamente de un lado hacia el otro, que sumado al peso de los tripulantes quienes también se mueven por querer solucionar la situación, provocan que el bote se incline demasiado hacia una banda o costado, cayendo muchas veces un tripulante sobre otro, contribuyendo a que se produzca en un segundo la trágica vuelta de campana, dejando a las personas en el agua helada y en una situación de desesperación total.
Fui testigo en varias ocasiones lo que les explico, rescatando en algunos casos a varios pescadores, contando justamente una vez estabilizados en tierra, que les sucedió exactamente lo que les acabo de relatar.
Por eso a cuidarse en el agua al alquilar un bote amigos, no solo debemos prestar atención en los equipos de pesca, tratemos siempre de tener presentes estos tips, llevar un ancla de capa enrollada en una funda no nos cuesta nada, y además de utilizarla para pescar al garete, podría ayudar a salvarnos la vida.
Aplica también a lagos, ríos y el mar, esperando que llegue ayuda con la embarcación más estable.