Triángulo dramático by Stephen Karpman

Triángulo dramático: (Stephen b. Karpman) desde una perspectiva del ANÁLISIS TRANSACCIONAL

Muchas veces los roles más empleados en una relación son los de salvador víctima y perseguidor. Estos se emplean de manera inconsciente. Son roles intercambiables y cada uno de los actores pueden ir pasando de uno a otro en función de su objetivo del momento incluso dentro de una discusión.

Perseguidor significa aprovecharse de las debilidades o equivocaciones del otro. Es actuar para que la otra persona se sienta culpable , humillada y asustada. Perseguir es un acto de soberbia. Quien persigue abusa de su poder y se deja llevar por sentimientos hostiles. Este rol cuando se asume, transmite mensajes no verbales “yo soy bueno tú eres malo” se puede experimentar rabia contenida, desprecio y deseo de causar daño de manera verbal o física: tiene el rol de disciplinar y controlar la conducta que percibe como inaceptable. Quienes toman este rol seguido tiene la facilidad de señalar lo qué hay que hacer pero difícilmente lo pueden aplicar estos patrones a su vida. Sienten ira e inseguridad todo el tiempo.

Rol de salvador o rescatador. El Salvador se hace responsable de otra persona, de sus obligaciones y responsabilidades, pensamientos, sentimientos y decisiones. Lo hace desde el control y manipulación. Es quien centraliza la información o capacidad de resolver problemas. Salvando se siente valioso, busca aprobación de manera constante, alimenta su ego que generalmente está abrumado de soledad, culpa y frustración. Esta perspectiva es poco realista y una ilusión de revela en desilusión y el dolor cuando los demás no cumple lo que espera. Puede sentirse superior al momento que otra persona depende de él o ella. Por lo tanto sostiene y alimenta el papel de víctima en la otra persona sostiniendo que no se haga responsable de su vida. Esto impide que la víctima pueda aprender, madurar y realizar así un cambio en su vida.

Rol de víctima: está persona siente las necesidad que alguien lo salve en su vida, permite que lo critiquen, humillen o hieran. Poseen una postura “soy indefenso pobre de mi”. Esta desgastada y contaminada emocionalmente, los demás son responsables de lo que le sucede y los culpables. Termina siempre damnificada. La persona que asume este rol suele relatar las cosas que le ocurren como ajenas a ella: es espectador de su vida en vez de ser protagonistas. Experimentan resentimiento y dolor.

Conocer este triángulo es importante para no entrar: estos roles se asumen de manera inconsciente y puede depender del contexto en donde estemos. Podemos ser salvador de nuestra pareja y ser víctimas de los padres o jefes. Es importante destacar que no hablamos de víctimas propiamente dichas. El abuso… son posicionamientos que se van asumiendo en las relaciones y que conducen a que se vuelvan tóxicas.