MILAGROSA NOVENA DE SAN ANDRÉS O DE NAVIDAD OBTENDRÁ EL FAVOR SOLICITADO CON SOLO 15 VECES AL DÍA

La única oración de la Novena de Navidad de San Andrés se reza tradicionalmente quince veces cada día, comenzando en la fiesta de San Andrés (30 de noviembre) y concluyendo en Nochebuena.
Salvo algunas excepciones, rezamos novenas durante nueve días.Es una de esas excepciones: rezamos esta novena durante 25 días, coincidiendo con gran parte del tiempo litúrgico de Adviento.
Se cree piadosamente que quien recita esta oración, 15 veces al día desde la fiesta de San Andrés que es el 30 de noviembre, hasta la Navidad, obtendrá lo que pide.
El padre Stefan Starzynski, autor de Miracles, utilizó esta novena para pedir a Dios que lo ayudara a descubrir cómo podría realizar su misión de ayudar a los pobres. Mary Pearson, autora del blog youngandcatholic.net, expresa en uno de sus posts que fue con esta novena que le pidió a Dios que la ayudara a concebir y logró quedar embarazada. Los que han utilizado esta oración son testigos de milagros de fe logrados con estas simples palabras. Eso sí, la tienes que repetir… 15 veces al día. ¿Te animas?
La oración nos invita a tomarnos en serio la oscuridad de nuestra situación actual: El hecho de que Cristo aún no ha vuelto en gloria, el hecho de que a menudo vivimos situaciones difíciles y problemáticas, y nos invita a acoger a Cristo y a alegrarnos de su venida. Sólo el hecho de rezarla durante tanto tiempo te ayuda a prepararte para el nacimiento de Nuestro Señor.

Comenzamos la novena en la fiesta de San Andrés, el 30 de noviembre, y la concluimos en Nochebuena. La tradición sostiene que recemos la novena 15 veces al día por una intención particular. Dicho esto, reza de la manera que mejor te convenga.

ORACIÓN
SALVE Y BENDITA SEA LA HORA Y EL MOMENTO EN QUE EL HIJO DE DIOS NACIÓ DE LA PURÍSIMA VÍRGEN MARÍA, A MEDIA NOCHE, EN BELÉN, EN EL FRÍO PENETRANTE. EN ESA HORA, TE RUEGO, OH DIOS MÍO, QUE ESCUCHES MI ORACIÓN Y CONCEDAS MIS DESEOS POR LOS MÉRITOS DE NUESTRO SALVADOR JESUCRISTO Y DE SU BENDITA MADRE, Y NUNCA DEJARÁS QUE ENFRENTE SOLO MIS PELIGROS. AMÉN.