Ábalos entra en prisión señalando a Begoña Gómez: morir matando | Editorial

José Luis Ábalos, el que fuera mano derecha de Pedro Sánchez en el PSOE, ha cruzado el umbral de la prisión de Soto del Real con una bomba de relojería en la boca. Este jueves, el juez del Supremo Leopoldo Puente decretó su ingreso provisional sin fianza, junto a su fiel escudero Koldo García, por un "riesgo extremo de fuga". La Fiscalía Anticorrupción pide 24 años para Ábalos por delitos como cohecho, tráfico de influencias y malversación en el escándalo de las mascarillas durante la pandemia. Pero el exministro no se ha ido en silencio: en una entrevista explosiva concedida a El Mundo horas antes, ha señalado directamente a Begoña Gómez, esposa del presidente, como pieza clave en el rescate de Air Europa. "Investigar a Air Europa sería abrir el melón, y ahí podemos llegar a Begoña. Podemos llegar bien llegados", afirma Ábalos, insinuando que la aerolínea –salvada con 475 millones de euros públicos en 2020– no está imputada para evitar salpicar a la primera dama.

El contexto es un laberinto de favores y sombras. Ábalos relata la presión asfixiante para aprobar el salvavidas a Globalia, matriz de Air Europa. Mensajes intervenidos por la UCO de la Guardia Civil revelan que Hidalgo contactó con Begoña Gómez para desbloquear el proceso: "Está muy jodido... acaba de llamar a Begoña", escribió Víctor de Aldama a Koldo. Y no era un saludo casual. Gómez y Hidalgo se conocían desde 2019, en una asamblea de la OMT en San Petersburgo, donde mantuvieron una reunión privada tras alejar a los escoltas. En enero de 2020, Globalia firmó un convenio de patrocinio de 40.000 euros anuales con el IE Africa Center, dirigido por Gómez en el Instituto de Empresa. Dos encuentros "secretos" en junio y julio de ese año, en oficinas de Globalia, coinciden con las negociaciones del rescate. Aldama, en declaraciones a El Español, lo confirma: "Begoña presionó desde Moncloa para el rescate y que los Hidalgo patrocinaran sus cosas". Incluso, la expareja de Aldama grabó un audio sobre un pago de 500.000 euros a Koldo en la casa de Hidalgo, con Ábalos contando el dinero.

Ábalos se pinta como chivo expiatorio y cuestiona el trato a otros, como Ángel Víctor Torres, mencionado en informes de la UCO sin consecuencias. Se siente "indefenso", víctima de una "cacería" para que se "derrumbe" y autoinculpe, tapando el rol de Gómez. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado las acusaciones de "extrema gravedad" y sin precedentes, sumándose a un coro de críticas que incluye al propio Ábalos, quien también filtró una reunión secreta de Sánchez con Otegi en 2018 para la moción contra Rajoy.

Este "morir matando" de Ábalos no es solo venganza personal; es un terremoto para el Gobierno. La Justicia debe abrir ese melón, no por revancha, sino por higiene democrática. Si Air Europa se benefició de contactos privilegiados, y Begoña Gómez de patrocinios dudosos, no caben paños calientes. Ábalos entra en prisión, pero empieza a lanzar dardos envenenados que pueden derrocar gobiernos.
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