El Castillo de Praga la joya de la corona

Un Recorrido por el Castillo de Praga, la Catedral de San Vito y la Basílica de San Jorge
Visitar el Castillo de Praga es sumergirse en más de mil años de historia. Este imponente complejo fortificado, el más grande del mundo, ha sido testigo de coronaciones, batallas y conspiraciones. Dentro de sus muros, descubrimos dos joyas arquitectónicas: la Catedral de San Vito, la obra gótica más impresionante de Bohemia, y la Basílica de San Jorge, un relicto del pasado románico de Praga. Fundado en el año 870 por el príncipe Bořivoj I, comenzó como una fortaleza de madera y piedra. Ha sido la residencia de reyes de Bohemia, emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico y presidentes de Chequia. A lo largo de los siglos, fue ampliado y restaurado, combinando estilos románico, gótico, renacentista y barroco. Escenarios de eventos oscuros como la Primera y Segunda Defenestración de Praga, el saqueo de tropas suecas en 1648 y las conspiraciones de alquimistas bajo el mandato de Rodolfo II. Catedral de San Vito: Símbolo Espiritual de Praga Construida en 1344 por orden de Carlos IV, tardó casi 600 años en completarse. Es el lugar de coronación y sepultura de los reyes de Bohemia. Destaca su impresionante arquitectura gótica, con altísimas agujas, vitrales de colores y la majestuosa Capilla de San Wenceslao. En su torre, de 96 metros de altura, se encuentra la campana Sigismundo, la más grande de Bohemia. Esconde la Cámara Secreta de las Joyas de la Corona Checa, a la que solo pueden acceder siete personas con llaves diferentes. Dentro de la catedral, el ambiente es solemne. La luz filtrada por los vitrales ilumina los relieves de piedra, mientras que en la Capilla de San Wenceslao, la sensación de estar rodeado de siglos de historia es sobrecogedora. Basílica de San Jorge: Un Viaje a la Edad Media
Fue fundada en el año 920 por Vratislao I. Aunque su fachada es barroca, su interior conserva el estilo románico original, con paredes de piedra desnuda y arcos sencillos. Es el lugar de descanso de Santa Ludmila, la primera mártir cristiana de Bohemia. Su cripta medieval guarda tumbas de príncipes de la dinastía Přemyslida y es envuelta en leyendas de apariciones. Al ingresar, la basílica sorprende por su atmósfera austera y mística, en contraste con la grandeza gótica de San Vito. Es un rincón de paz dentro del bullicioso castillo. Desde las imponentes murallas del Castillo de Praga, pasando por la espiritualidad majestuosa de la Catedral de San Vito, hasta la mística simplicidad de la Basílica de San Jorge, este recorrido es un viaje a través de la historia checa.
Al salir, desde las alturas del castillo, la vista de Praga al atardecer, con sus tejados rojizos y el río Moldava serpenteando entre los puentes, nos recuerda por qué esta ciudad es una de las más mágicas de Europa.