"¿Y Bernabé de quién depende? Pues eso". AEH041225

AEH 04.12.25
La simple posibilidad de tener un cargo público es algo que fascina a muchas personas. Dicen que los buenos profesionales se quedan, mejor pagados, en las empresas. Y que los que llegan a la Administración son regulares. Yo no creo que sea necesariamente así, aunque ejemplos que me desmientan los vemos a diario. Por otra parte, sinceramente, creo que hay cargos que, los ocupe quien los ocupe, no están pagados. Así, a bote pronto, se me ocurren varios: la presidencia de ÀPunt; Sanidad o las consellerias sociales (siempre expuestas a pandemias y crisis difícilmente previsibles); los departamentos de Emergencias y delegación del Gobierno; y los cargos de Igualdad en los partidos de izquierda, esos a los que no se les cae el feminismo de la boca. ‘Soy feminista porque soy socialista’, decía Ábalos. Ya ven. Pilar Bernabé es esas dos últimas cosas a la vez: delegada del Gobierno en Valencia, y secretaria federal de Igualdad en el PSOE, lo que implica ser número 4 del partido que dirige Pedro Sánchez, y del que fue número 2 José Luis Ábalos y a punto estuvo de serlo Francisco Salazar justo cuando se produjo el ascenso de Bernabé. No hace falta que les recuerde los wassapps de Ábalos sobre las mujeres con las que trataba. Ni creo que necesiten ustedes que les mencione los problemas de Salazar para subirse la bragueta cuando tenía mujeres en su oficina en La Moncloa. Cosas como ésas son las que están haciendo que el socialismo español esté bajando en intención de voto de las mujeres. Y a evitar eso debería estar contribuyendo Pilar Bernabé. Pero desde luego no lo está consiguiendo. La sensación que tienen muchas socialistas que no trabajan directamente para Ferraz o Moncloa es la de que se han dejado dormir durante casi un año las denuncias contra Salazar, esa especie de Austin Powers amigo cincuentón del presidente al que incomoda el feminismo. A Bernabé la puso Sánchez en su Ejecutiva porque su imagen durante la Dana fue buena. Y le dio una ‘maría’, Igualdad, que desde ayer es una silla de montar caliente. Bernabé convocó telemáticamente a sus colegas de secretaría en las autonomías, y la reunión acabó mal, con muchas críticas al trato del partido a las denunciantes. Tantas, que Bernabé cortó la reunión sin dejar hablar a algunas asistentes con la excusa de que era ‘tarde’. Pasaban de las cinco, pero yo creo que ya habrían comido, ¿no? Cabe otra explicación, también parafraseando a Pedro Sánchez, esta vez cuando hablaba del Fiscal General del Estado: “¿Y Bernabé de quién depende? Pues eso”.


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