Doctor Armando Alducin - Las 7 copas de la Ira de Dios - Develando apocalipsis

El Propósito Final y la Esperanza Ineludible
Estos juicios son terribles, sí, pero no son el final de la historia. Son el preludio de la gloriosa Segunda Venida de Jesucristo, quien destruirá al Anticristo y a sus ejércitos, juzgará a las naciones y establecerá Su Reino Milenial de paz y justicia sobre la tierra. Para Israel, este tiempo de "angustia para Jacob" logrará su propósito: un remanente será purificado, se arrepentirá y clamará a su Mesías (Zacarías 12:10). Dios cumplirá Sus promesas de restaurarlos.
Para nosotros, los creyentes, que hemos puesto nuestra fe en Jesús, recordamos Romanos 8:1: "Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." Hemos sido librados de la ira venidera porque Cristo tomó nuestro juicio en la cruz. Nuestro deber es vivir vidas santas, compartir el evangelio con urgencia y amor, y esperar con anhelo Su venida.
Las profecías sobre la ira de Dios no son para infundir un terror paralizante, sino para despertar un temor reverente, para comprender la seriedad del pecado y la magnificencia de la gracia que se nos ofrece en Cristo. Nos llaman a examinar nuestros corazones, a asegurarnos de que nuestra ancla esté firme en la Roca de los Siglos. Y nos impulsan a orar por la salvación de aquellos que aún están bajo la sombra de la ira venidera, para que ellos también puedan encontrar refugio en el amor redentor de Jesucristo.
Que la contemplación de estas verdades solemnes nos lleve a una fe más profunda, a una esperanza más brillante y a un compromiso más firme con Aquel que es, que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Amén.