Un hijo deja sin vida a sus padres

Jaime Bayly y Silvia están conmocionados por un crimen ocurrido el domingo en Brentwood, un barrio exclusivo de Los Ángeles. Un joven de 32 años, llamado Nick Reiner, presuntamente mató a cuchilladas a sus propios padres biológicos en su mansión. Las víctimas son el famoso actor y cineasta Rob Reiner, de 78 años, y su esposa, la fotógrafa Michelle Reiner.

Bayly intenta buscar una explicación a este "atroz e inhumano" acto. Señala que Nick Reiner fue adicto a las drogas desde los 14 años. A diferencia de sus dos hermanos, que estudiaron en la universidad y tuvieron éxito, Nick no quiso estudiar y se fue a vivir a las calles, convirtiéndose en un homeless en varios estados (Texas, Maine, New Orleans), a pesar de que sus padres eran ricos y exitosos. Consumía cocaína y heroína desde muy joven. Sus padres intentaron ayudarlo innumerables veces, y Nick pasó por centros de rehabilitación en hasta 17 ocasiones, principalmente en Utah, pero siempre recaía.

Hace unos 12 años, cuando Nick tenía alrededor de 20, pareció rehabilitarse y escribió un libro sobre su experiencia como drogadicto y homeless. Su padre, Rob Reiner, en un "acto de amor", hizo una película basada en ese libro, titulada Being Charlie. Bayly menciona una línea de la película donde el personaje del padre le dice a su hijo: "Prefiero que me odies, pero que sigas vivo". Sin embargo, el crimen sugiere que, al menos en ese momento, el hijo sí odiaba a sus padres.

Según testigos, la noche anterior al asesinato, el sábado, la pareja y Nick asistieron a una fiesta en casa del comediante Connie Ryan. En la fiesta, Nick se mostró "completamente agresivo", gritándole cosas terribles a su padre y teniendo discusiones violentas que llamaron la atención de los invitados. Bayly especula que quizás el joven estaba drogado o que el motivo del odio podría estar relacionado con dinero; tal vez sentía que sus padres, a pesar de su riqueza, se negaban a darle fondos para evitar que se los gastara en drogas, condenándolo a una vida más "mediocre".

Finalmente, el presentador expresa su mayor estupor y consternación por la reacción de Donald Trump ante la tragedia. Trump, que aparentemente no apreciaba a Rob Reiner, aprovechó la muerte de la pareja para atacarlos públicamente en redes sociales y desde la Casa Blanca.

Trump calificó a Rob Reiner como un sujeto "desagradable", "desquiciado" y "mentalmente enfermo" porque "odiaba a Trump", sugiriendo que su obsesión contra él volvía "loca a la gente". Bayly condena la "ruindad, la vileza, la miseria moral" de Trump por escupir e insultar sobre la "sangre derramada" y el "cadáver todavía tibio" del cineasta. Bayly enfatiza que el crimen no fue político; el hijo mató a sus padres porque es un hombre enfermo y lleno de odio, probablemente drogado, y no porque el padre criticara a Trump. Cierra reiterando que es increíble que un hijo mate a sus padres y que el presidente de la nación utilice esa tragedia para atacar e insultar al muerto.

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