MONEDAS EN LA ZONA REPUBLICANA DURANTE LA GUERRA CIVIL

En esta ocasión trataremos sobre las monedas que se emitieron en España durante la guerra civil (1936 - 1939) en la zona republicana. En un estudio posterior veremos las de la zona nacional.

Al comenzar la guerra civil el territorio nacional se dividió en dos. Al principio las monedas en circulación fueron las que había durante la segunda república que coincidían con las monedas en circulación desde 1869 más algunas otras acuñaciones posteriores a 1931 (1933 en plata y 1934 en niquel). Una gran parte eran de plata (0,5, 1, 2 y 5 pesetas) pero comenzaron a ser acaparadas por la población ante su mayor valor como metal y pronto faltó numerario en ambas zonas.

El Gobierno Central Republicano decidió la emisión de monedas en marzo de 1937 pero ante la perentoria necesidad de trasladar los talleres fuera de Madrid esto se demoró y fué en Castellón donde se acuñaron piezas oficiales con la efigie de la República y divisores. Estas fueron: 5 céntimos, 25 céntimos, 50 céntimos y 1 peseta. Ya en 1938 y ante la presión de los sublevados, la fabricación se trasladó a Aspe (Alicante).

En un determinado momento de 1937 y ante el aislamiento de algunas zonas del norte, el Gobierno de Euzkadi y los Consejos de Asturias y León y de Santander, Palencia y Burgos emitieron sus propias monedas.

En ciertas áreas del resto peninsular bajo control republicano y para intentar solventar la situación de falta de moneda fraccionaria, muchas cooperativas y comerciantes comenzaron a implantar sistemas de vales y monedas que solo valían para sus propios establecimientos. Más tarde algunos ayuntamientos, en ambos lados, aunque la mayoría en zona republicana catalana, trataron de paliar la situación acuñando monedas locales.

Debido a la falta de material otra medida que se tomó fue la fabricación de discos de cartón como soportes para usarse temporalmente como moneda fraccionaria. Llevaban impreso el escudo de la España republicana en una cara y en la otra se adhería un sello de correos ó un timbre por el valor fraccionario correspondiente.

Como respuesta a estas emisiones paralelas, el gobierno republicano las prohibió en enero de 1938 en un intento de reforzar el uso de las monedas oficiales, medida que no consiguió acabar con las monedas fraccionarias no oficiales.