Autismo y confianza en la vida.

Confiar implica creer en alguien, creer que ese alguien va a poder cuidarnos, que sus actos están destinados a darnos seguridad. Esto es lo que aprendemos o deberíamos aprender y sentir de nuestra interacción primaria con nuestros cuidadores y es requisito fundamental para poder confiar en nosotros mismos y en la vida.

Las personas autistas tienen problemas para lidiar con los entornos, los cuales les son hostiles, las más de las veces, desde un punto de vista sensorial (cómo impactan los estímulos en sus sentidos) y cognitivo (cómo procesan la información). El mundo, tal como se ha conformado desde la sociedad neurotípica les recuerda a cada instante que no son del todo bienvenidos a los ritos de la convivencia. Sin embargo, para aquellos que hayan conformado un apego más seguro la confianza en ellos mismos y en la vida pese a sus dificultades es de vital importancia para comunicar sus necesidades, asumir los retos y reclamar por sus derechos.

Como cuidadores debemos conocer la manera en la que cada persona autista procesa sensorial, cognitivamente y afectivamente, generando confianza en la seguridad que les damos para que ellos puedan devolverla en la vida que continúa y que les pertenece.