ESTALLA ARTEFACTO EXPLOSIVO en Centro de Seguridad de Mazatlán: Atentado en Sinaloa

Un artefacto explosivo de fabricación casera detonó la madrugada del 27 de noviembre de 2025 dentro del estacionamiento del Centro de Seguridad Ciudadana de Mazatlán, Sinaloa, en uno de los ataques más directos contra instalaciones gubernamentales registrados este año. El estallido afectó cuatro vehículos oficiales, entre patrullas y unidades administrativas, generando daños considerables en carrocerías y cristales, aunque no se reportaron personas lesionadas.

De acuerdo con las primeras investigaciones, un grupo de sujetos llegó a la zona a bordo de un vehículo compacto y arrojó el explosivo hacia el área donde elementos municipales realizaban actividades rutinarias. La detonación se escuchó a varias cuadras, provocando pánico entre vecinos y activando los protocolos internos de emergencia.

Minutos después, unidades de la Secretaría de Marina, SEDENA, Guardia Nacional y la Vicefiscalía Zona Sur acordonaron el perímetro y realizaron trabajos de peritaje, recolectando fragmentos metálicos y restos del artefacto. Las autoridades analizan si se trató de un dispositivo tipo “moli”, un explosivo improvisado que distintas células criminales han utilizado en la región para intimidar a corporaciones policiales.

Este atentado ocurre apenas nueve días después de otro ataque con explosivos registrado el 18 de noviembre en un expendio de cerveza, donde una mujer resultó gravemente herida. Ambos hechos se producen en medio de la creciente ola de violencia que atraviesa Sinaloa desde septiembre de 2024, cuando la detención de Ismael “El Mayo” Zambada provocó una fractura interna en el Cártel de Sinaloa. La ruptura entre Los Chapitos y la facción de La Mayiza ha desencadenado una guerra por rutas de fentanilo, plazas estratégicas y control territorial.

En solo un año, esta disputa ha dejado casi 2,000 asesinatos, múltiples desplazamientos forzados y ataques directos contra instituciones de seguridad. La explosión en Mazatlán refuerza el mensaje criminal: las organizaciones buscan mostrar poder, capacidad de daño y la debilidad institucional frente a un conflicto que sigue escalando.