No Es Casualidad: Dios Te Llamó a Esto | Ánimo Bombilla

💡 Ser una bombilla: luz en el mundo.

Ser una bombilla significa ser un portador de luz en medio de la oscuridad, una chispa de esperanza donde otros solo ven desesperanza. Una bombilla no brilla para sí misma, sino para iluminar lo que está a su alrededor. Así es el llamado de Dios para ti: ser luz en un mundo que tantas veces está lleno de oscuridad.

Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5,14). No dijo “pueden ser” o “intenten ser”, sino vosotros SON. Es tu identidad. Llevar la luz significa reflejar el amor, la compasión y la verdad de Dios a los demás, sin importar lo pequeñas que te parezcan tus acciones. Una sonrisa, un acto de bondad, una palabra de ánimo… son destellos que pueden cambiar vidas.

Pero también somos llamados a ser sal (Mateo 5:13), a dar sabor, a conservar lo bueno y a detener la corrupción espiritual en el mundo. Ser sal es vivir con propósito, siendo agentes de cambio allí donde Dios nos ha puesto: tu familia, tu trabajo, tus amistades, cada desconocido...

Y una bombilla no solo ilumina: enciende otras bombillas. Cuando tú brillas, inspiras a otros a descubrir su propia luz. Tu vida puede ser el interruptor que despierte la fe dormida en alguien más. Imagina un mundo lleno de bombillas encendidas… un mundo transformado por personas que reflejan la luz de Cristo.

Ser una bombilla es elegir, cada día, ser diferente: no apagar tu fe aunque el entorno sea hostil, no esconder tu luz aunque otros no la entiendan, y sobre todo, ayudar a otros a conectarse a la Fuente verdadera de energía: Dios.

Porque una bombilla desconectada no brilla, pero una conectada a Dios ilumina hasta los rincones mas oscuros.