Take Five

Entre los músicos blancos más injustamente tratados del pasado siglo, cualquier relación debería comenzar con Paul Desmond (1924-1977), quien en sus 53 años de existencia y con un campo de acción limitado a colaboraciones con otras figuras de la misma inclinación estética, se convirtió en componente de la santísima trinidad de saxos altos blancos, con Art Pepper y Lee Konitz. Su estilo legato aficionado al registro agudo, su virtuosismo melódico y su colaboración con Dave Brubeck (de 1959 a 1967) casi lo reducen a ser “el tipo que toca con Brubeck”, decía el humilde Desmond. “Pueden reconocerme con facilidad porque, cuando no toco, lo que ocurre a menudo, aún sigo allí apoyado en el piano”.
Pero no era cierto. Su envolvente suavidad y su sentido del swing (del que carecía el líder) lo hizo uno de los músicos más populares del Jazz de la Costa Oeste. Eso y “Take Five”, creada por Desmond e interpretada por el cuarteto de Dave Brubeck en su álbum de 1959 Time Out. Esta pieza se convirtió en la más conocida del grupo, debido a su distintivo y contagioso saxofón y el empleo de un compás inusual de 5/4 –de ahí el nombre del tema.
“Take Five”no fue la primera composición de jazz en utilizar este compás, pero sí una de las primeras en lograr una amplia aceptación comercial; fue regrabada e interpretada en vivo en múltiples ocasiones por el cuarteto, además de numerosas versiones y bandas sonoras en cine y televisión.
Previo a su muerte en 1977, Desmond cedió las regalías de todas sus composiciones a la Cruz Roja norteamericana, la cual ha recibido sumas de unos cien mil dólares anuales.
Las aportaciones del exquisito Desmond y el prodigioso baterista Joe Morello fueron fundamentales para que, en los años 50, Columbia apostase fuerte por Dave Brubeck (1920-2012) y la jugada le saliese bien. El éxito duró unos cinco años y Brubeck pudo mostrar, en la parte positiva, que era un excelente compositor, su importante contribución al jazz modal y el interesante uso de influencias orientales; en la negativa, que era un mediocre pianista de jazz. Líneas melódicas de una pesadez cruel y síncopas fuera de lugar, no evitaron que fuera considerado durante algunos años “el mejor pianista”, algo que hasta él mismo sabía que no era cierto.

Respecto a las versiones de “Take Five”, algunas de ellas incluyen letra (de Brubeck y su esposa Iola), como la grabada por Carmen McRae (1961), la de Al Jarreau en vivo (1997), o la que reproducimos de la North East Ska Jazz Orchestra, un joven grupo creado en 2012 en Italia.
Su repertorio consiste en arreglos originales de jazz y swing clásicos combinados con ritmos jamaicanos. De esta elección nace un sonido que redescubre la atmósfera del salón de baile.

Música y texto del ‘librisco’ “Jazz: no lo entiendo, pero me gusta”.
Paco Espínola. Ed. Allanamiento de Mirada.