J.L. Gonzalo: Libros y lecturas en educación y vida cotidiana de las mujeres de la Casa de Austria
Автор: AHPSevilla
Загружено: 2025-11-23
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El ciclo de conferencias "De Trastámaras a Austrias: entre reinas anda el juego" ha sido dirigido por Cristina Moya García (Universidad de Sevilla), y organizado por el proyecto de investigación «Literatura y reginalidad en la España de los siglos XVI y XVII: las mujeres de la casa de Austria» (PROYEXCEL_00847 de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación). Ha contado con la colaboración de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y del Archivo Histórico Provincial de Sevilla.
D. José Luis Gonzalo Sánchez-Molero (Universidad Complutense de Madrid) nos acerca un tema apasionante: "Libros y lecturas en la educación y vida cotidiana de las mujeres de la Casa de Austria en España durante el siglo XVI".
Las mujeres de la dinastía tenían entre sus misiones principales el cuidado y la educación de los hijos, y para ello tenían que tener libros, auténticas bibliotecas. Isabel la Católica, que no era una Austria, fue el espejo en el que se miraron las reinas que vinieron luego. Mujer cultísima, su biblioteca personal contenía unos 100 volúmenes, de naturaleza religiosa en su mayoría. Fue el modelo de la «pietas» y «lectio» austriaca.
Margarita de Austria, la nuera (breve) de Isabel I, se dedicó a recuperar la biblioteca ducal de Borgoña, dispersada tras la muerte de Carlos el Temerario. Su labor bibliófila enriqueció el patrimonio de la Corona de España.
Su cuñada, la matriarca de la dinastía en España, Juana I, recibió una educación exquisita. Ellas y sus hermanas se formaron con vistas a no desentonar en las cortes europeas a las que iban destinadas como reinas. Pero la biblioteca de Juana quedó «fosilizada» cuando entró en prisión.
Isabel de Portugal, hija de María de Trastámara y nieta del Isabel I, va a ser un elemento fundamental de la castellanización de Carlos I y su dinastía. Trajo con ella libros portugueses, pero también los que había llevado su madre al casarse con el rey luso. Isabel fue la responsable del último taller de copia e iluminación (para libros de horas principalmente) que se hizo en España bajo patrocinio real. También consta que leía libros de caballerías, pero estos no aparecían en los inventarios.
La formación de las infantas hijas de Carlos I fue muy inferior a la recibida por las hijas de los Reyes Católicos, y ello se reflejó en sus bibliotecas escolares. Carlos decidió que sólo tenían que aprender algo de latín para uso religioso. La colección bibliográfica de Margarita de Austria pasó, por decisión de Carlos I, a María, su hermana, reina viuda de Hungría. Ella no se limitó a heredar, sino que agrandó su biblioteca, dejando los manuscritos en los Países Bajos, para su sobrino Felipe II.
Juana de Austria es el otro pilar de la bibliofilia de la segunda mitad del XVI. Su deficiente educación la remedió a través de las lecturas. Heredó libros de Isabel I y de Margarita de Austria, y asumió el papel de continuadora de ese gran legado. Al llegar a Portugal, quiso ponerse al nivel cultural de aquella corte exquisita. Tras la pronta muerte de su marido, regresó a Castilla, pero su ansia de aprender continuó. Juana hizo algo excepcional: pertenecer a la Compañía de Jesús, lo que se reflejó en la espiritualidad de su biblioteca.
De Isabel de Valois hay poco que decir a propósito de adquisiciones bibliófilas, por diversos motivos. Sí sabemos que ella y sus damas consumían muchos libros de caballería, y de música.
De Ana de Austria también sabemos poco de su biblioteca, pero sí que era muy culta. Las hijas de Felipe II con Isabel de Valois, educadas por Ana, fueron Catalina Micaela e Isabel Clara Eugenia. El Rey Prudente decidió que se formaran sin reparar en esfuerzos.
Culmina así este magnífico ciclo de conferencias. Enhorabuena a la directora, la catedrática de la Universidad de Sevilla Cristina Moya García, por el éxito.
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