MOMENTOS INOLVIDABLES - 1 Samuel 1-3 - Carmen Camino
Автор: Carmen Camino
Загружено: 2025-02-24
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El primer libro de Samuel comienza con el llanto de una mujer piadosa. Mientras que la gente de Israel lloraba por un rey… ¡Ana lloraba por un bebé!
1 de Samuel 1:1-2 dice, En los montes de Efraín, vivía un varón llamado Elcana. 2 Elcana tenía dos mujeres; una de ellas se llamaba Ana, y la otra, Peniná. Peniná tenía hijos, pero no así Ana. 3Todos los años Elcana [con su familia] salía de su ciudad para ir a Silo y adorar allí al Señor.
En el Antiguo Testamento, una sola palabra marcaba el deseo ardiente de toda pareja judía… ¡NIÑOS! Los padres creían, qué a través de las vidas de sus hijos, ellos tendrían la oportunidad de moldear el futuro del mundo. ¡Así que ellos querían tener cualquier cantidad de hijos!
El Salmo 127:3,5 declara, “Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa. Dichoso aquel que llena su aljaba con muchas de estas flechas.” Sin embargo, el Señor no le había dado hijos a Ana. Dios le había cerrado la matriz. No había sido Satanás; ni había sido un accidente; ni algo de la naturaleza. ¡DIOS ES SOBERANO!
Daniel 4:35 dice Dios hace de acuerdo a Su voluntad. Ana se enfrentaba a una batalla “que ella no podía ganar por sí misma”. ¡Ana anhelaba desesperadamente tener su propio bebé!
8 Un día [cuando estaban en Silo] Elcana le preguntó” “Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás afligida? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos? 9Ana se levantó, después de comer y beber en Silo… [y se dirigió al templo del Señor.]
10Entonces ella “oró y lloró al Señor” con mucha amargura, 11y le hizo un voto. Le dijo: Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me das un hijo varón, yo te lo dedicaré, Señor, para toda su vida.
El Señor escuchó la petición de Ana… ¡y le contestó! Nueve meses después, ella dio a luz a un hijo, al que llamó Samuel. Éste creció y se convirtió en profeta y juez de todo Israel.
¿Habría nacido Samuel “si Ana no le hubiera pedido a Dios” que le diera un hijo? La Biblia parece indicar que la respuesta es “NO”. Samuel apareció en la escena “como respuesta directa” a la petición sincera de Ana.
¡La vida está llena de momentos inolvidables! El primer día de colegio, la primera licencia de manejar, la primera cita, la graduación, un nuevo trabajo, el matrimonio, una nueva casa, el retiro. ¡Pero nada se compara “al gozo” que el nacimiento de un bebé da! Por años, ¡Ana había vivido con ese desaliento!
Y para remate, las burlas de la esposa rival, Peniná, la sacaban de quicio. Peniná no dejaba de pavonearse acerca de la cantidad de hijos que ella tenía. Finalmente, ¡Dios le dio a Ana el tan ansiado hijo! El nombre, “SAMUEL”, significa “DIOS OYE”. Como Dios le concedió su petición… ¡Ana le devolvió su hijo al Señor!
El gozo de Ana lo vemos expresado en 1 Samuel 2:1-2, Mi corazón se alegra en el Señor! El Señor me ha fortalecido. Ahora tengo una respuesta para mis enemigos; me alegro porque Tú me rescataste. 2Nadie es santo como el Señor! Aparte de ti, no hay nadie; no hay Roca como nuestro Dios.
Ana alabó a Dios porque Él le concedió “su petición” de tener un hijo. Su poética oración expresa “su confianza en la soberanía de Dios” y su agradecimiento por todo lo que Él había hecho. La historia de Ana nos recuerda “otro incidente” que sucedió generaciones después… ¡FUE OTRO MOMENTO INOLVIDABLE!
María, la madre de Jesús, usó la oración de Ana “como modelo” para su propia canción de alabanza, la cual es llamada “La Magníficat” (en Lucas 1:46). Como Ana y María, “Nosotras debemos confiar “que Dios tiene control absoluto” sobre los acontecimientos de nuestra vida, y debemos estar agradecidas “por la manera como Él” nos bendice siempre.
Ana alababa a Dios por ser una Roca, es decir, por ser firme, fuerte e inmutable. En nuestro mundo acelerado --los amigos van y vienen -- y las circunstancias cambian. ¡Es difícil encontrar una base sólida que no cambie!
Aquellos que dedican su vida a cosas transitorias -- como los logros, las causas o posesiones -- nunca obtienen una seguridad firme. Las posesiones -- que nos esforzamos tanto en obtener -- PASARÁN… ¡pero Dios permanece para siempre”! ¡Pon tu esperanza en Jesús!
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