ConferenciaMagistral - Síndrome del trabajador quemado

La conferencia magistral titulada “Síndrome del trabajador quemado: Hombre en llamas”, dirigida por el licenciado en Psicología Familiar Luis Alejandro Forero León, se consolidó como un espacio profundamente humano, técnico y reflexivo sobre la importancia del bienestar emocional y mental en el entorno laboral.

Durante la jornada, el conferencista invitó a los participantes a reconocer los signos del agotamiento físico, mental y emocional que puede afectar a los trabajadores, destacando cómo factores como la presión constante, la falta de reconocimiento y las heridas emocionales acumuladas pueden impactar no solo la productividad, sino la salud integral de las personas. A través de ejemplos cotidianos y un lenguaje cercano, resaltó la necesidad de reconectar con el sentido de la vida, valorar el descanso y cultivar la empatía y el autocuidado.

El evento contó con la apertura de Andrea Olano y las palabras de Manuel Ignacio Caro Gutiérrez, líder del subproceso de desarrollo y responsable del programa de vigilancia epidemiológica en riesgo psicosocial, quien destacó la importancia de estos espacios para fortalecer la salud mental y emocional de los servidores de la EAAB. Asimismo, recordó la existencia de la red institucional de apoyo psicosocial, disponible para acompañar a los trabajadores que enfrenten síntomas relacionados con el síndrome de burnout.

Lecciones aprendidas:

El bienestar emocional es clave para el desempeño, la motivación y la permanencia del talento humano.
El reconocimiento sincero fortalece la autoestima y previene el agotamiento laboral.
La comunicación empática y la escucha activa mejoran el clima laboral y reducen el estrés.
El equilibrio entre la vida laboral y personal es esencial para preservar la salud mental.
El síndrome del trabajador quemado se desarrolla de forma gradual y requiere detección temprana.
La cultura del autocuidado debe fomentarse desde la organización y el liderazgo.
El apoyo psicológico oportuno previene crisis emocionales y ausentismo laboral.
El trabajo con propósito y sentido contribuye al compromiso y satisfacción del colaborador.
La reflexión colectiva sobre la salud mental genera conciencia y solidaridad institucional.
Cuidar al trabajador es cuidar la sostenibilidad y productividad de la empresa.

Buenas prácticas:

Aplicar de forma continua el Programa de Vigilancia Epidemiológica en Riesgo Psicosocial.
Mantener espacios periódicos de reflexión y formación sobre bienestar emocional.
Fortalecer la Red Institucional de Apoyo Psicosocial para acompañar casos de estrés o agotamiento.
Integrar a las áreas de Gestión Humana, Salud Ocupacional y Calidad de Vida en estrategias conjuntas.
Promover campañas de autocuidado, descanso activo y hábitos saludables.
Capacitar líderes en comunicación empática, manejo de equipos y prevención del burnout.
Garantizar canales confidenciales de atención y orientación psicológica.
Fomentar el reconocimiento público y privado de logros individuales y colectivos.
Implementar prácticas flexibles que favorezcan el balance vida-trabajo.
Consolidar la cultura organizacional del bienestar como valor institucional.