¿Ilia Topuria mejor que McGregor? Comparativa brutal | UFC
Автор: KO a la Carrera
Загружено: 2025-06-16
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Cuando Ilia Topuria noqueó a Alexander Volkanovski en Anaheim, muchos comenzaron a preguntarse si estaban presenciando el nacimiento de una nueva era en el peso pluma de UFC. No era solo una victoria más. Era un mensaje rotundo. El georgiano-español acababa de destronar a uno de los campeones más consistentes y técnicos de los últimos años, y lo había hecho sin dejar espacio a dudas. Ese golpe levantó una pregunta inevitable: ¿estamos ante un fenómeno comparable al que protagonizó Conor McGregor hace una década?
Comparar a Ilia Topuria con Conor McGregor no es un ejercicio de nostalgia, sino un intento de medir el impacto, la calidad competitiva y la proyección de dos figuras que han conquistado el mismo cinturón con estilos distintos, trayectorias diferentes y contextos opuestos. Ambos se convirtieron en campeones de UFC con 27 años, y ambos lo hicieron en la división de las 145 libras. Pero a partir de ahí, las similitudes se disuelven.
Conor McGregor llegó a UFC en 2013 como una tormenta. Procedente de Cage Warriors, donde había sido campeón simultáneo en dos divisiones, aterrizó en la compañía con un carisma que trascendía la jaula. En sus seis primeras peleas, logró seis victorias, cuatro de ellas por nocaut. Derribó mitos como Diego Brandao, Dustin Poirier y Chad Mendes antes de noquear en solo 13 segundos a José Aldo para coronarse como campeón. Aquel KO sigue siendo el más rápido en la historia de una pelea por el título de UFC. Su estilo era agresivo, preciso y espectacular. Pero más allá de lo deportivo, McGregor revolucionó la industria con su capacidad mediática: su lengua era tan afilada como su zurda, y sus ruedas de prensa eran eventos en sí mismas.
Topuria, en cambio, ha construido su leyenda desde un enfoque diametralmente opuesto. Su perfil mediático es mucho más discreto, aunque en crecimiento. No necesita el espectáculo verbal: habla con los puños. Ilia debutó en UFC en octubre de 2020, como sustituto de última hora en Fight Island. Desde entonces, ha ganado sus seis combates dentro de la empresa, con cinco finalizaciones. Ha demostrado una versatilidad que pocos pueden igualar: ha sometido a grapplers expertos como Ryan Hall, ha noqueado a strikers como Jai Herbert, y ha dominado a veteranos como Josh Emmett en una exhibición de técnica y ritmo que lo catapultó hacia la pelea por el título.
Lo más llamativo de la trayectoria de Topuria es su evolución táctica. Mientras que McGregor se mantenía fiel a un estilo basado en el timing y el contraataque con la izquierda, Ilia ha sabido adaptar su juego a cada rival. Puede cerrar la distancia con explosividad, castigar con patadas bajas o llevar la pelea al suelo con control absoluto. Su jiu-jitsu, muchas veces subestimado, es una de sus principales armas, y su defensa ha mejorado notablemente desde sus primeras apariciones. No es un peleador de una sola dimensión, sino un competidor total.
En cuanto al nivel de oposición, ambos tienen argumentos sólidos. McGregor venció a nombres más conocidos en su momento, como Poirier, Mendes o Aldo. Pero también es cierto que Topuria ha vencido a rivales en su punto más alto de forma: Josh Emmett venía de disputar un título interino y Volkanovski era considerado uno de los mejores libra por libra del mundo. A diferencia de McGregor, que sufrió su primera derrota en UFC en su octavo combate, Topuria sigue invicto tanto en la promotora como en su carrera profesional.
Otro aspecto importante es la gestión del entorno. McGregor creó su propio ecosistema mediático, con negocios paralelos, apariciones públicas polémicas y una sobreexposición que a veces eclipsó su carrera. Topuria, por el contrario, ha mantenido un perfil más contenido, centrado en el rendimiento deportivo y en consolidar su imagen como atleta de élite. Eso no significa que esté exento de carisma: su actitud desafiante, su firmeza frente a rivales como Paddy Pimblett y su conexión con el público español y georgiano lo convierten en una figura cada vez más global.
En términos de legado, aún es pronto para hablar de Topuria con la misma dimensión histórica que McGregor, quien no solo fue campeón en dos divisiones, sino que protagonizó el evento más vendido en la historia de UFC y peleó contra Floyd Mayweather en un crossover que paralizó al mundo. Pero si hablamos estrictamente de lo deportivo, de consistencia, técnica y dominio, Topuria ya presenta credenciales para ser considerado uno de los talentos más completos de su generación.
Ambos representan momentos distintos del deporte. McGregor fue el estandarte de una era donde el espectáculo era tan importante como el rendimiento. Topuria podría ser el símbolo de una nueva etapa, en la que el nivel competitivo está más alto que nunca y donde solo los atletas más completos logran brillar. En cierto modo, uno abrió la puerta y el otro está dispuesto a cruzarla para quedarse.

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