Campo de concentración nazi Fort Breendonk 0
Автор: Jos_biker Aventuras y rutas
Загружено: 2022-07-17
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Segunda Guerra Mundial
El ejército alemán invadió y ocupó el territorio belga hacia 1940. Fort Breendonk ya estaba obsoleto para entonces, y no podía enfrentarse a la guerra acorazada. El fuerte se convirtió brevemente en la base general de los dirigentes de Bélgica durante las primeras semanas tras la invasión, pero fue abandonado debido a los avances de las tropas enemigas.
Los alemanes transformaron Fort Breendonk en un campo de prisioneros. El 20 de septiembre de 1940, los primeros prisioneros llegaron al lugar. Estos eran pequeños criminales, personas calificadas como antisociales y quienes no cumplían las nuevas leyes con respecto a las razas. Más adelante, fueron luchadores de la resistencia, prisioneros políticos y rehenes inocentes, quienes también fueron detenidos. Se utilizó otra sección del campo como lugar de tránsito para judíos que iban a ser enviados a morir en otros campos como el de Auschwitz.
El campo estaba custodiado por guardas de las SS de procedencia alemana y flamenca. 185 prisioneros fueron ejecutados, y otros muchos fueron trasladados a diversos campos de concentración. Las horcas todavía permanecen en el lugar, al igual que un cámara de tortura de las SS. Al contrario de lo que piensa la gente, nunca ha habido cámaras de gas en Fort Breendonk.
En total, menos de 4.000 prisioneros fueron confinados entre los muros de Breendonk durante toda su existencia. La mayoría de los reclusos no judíos eran miembros de izquierdistas de la resistencia belga o fueron tomados como rehenes por los alemanes. Varios cientos de personas fueron asesinados en el campo usando la tortura, ejecuciones y por las lamentables condiciones de vida. Hacia septiembre de 1941, los prisioneros del Partido Comunista Belga fueron enviados al campo de concentración de Neuengamme.
Los prisioneros judíos de Breendonk fueron segregados de otros prisioneros hasta 1942. Desde entonces, los judíos fueron transferidos al campo de tránsito de Malinas, también en Bélgica, o eran deportados directamente a Auschwitz, en la Polonia invadida y controlada por los nacionalsocialistas. En total, alrededor de 15 transferidos dejaron el campo, en su mayoría judíos, pero casi ninguno sobrevivió.
A la llegada al campo, los nuevos prisioneros eran llevados a los patios, donde tendrían que quedarse mirando a la pared hasta que fueran procesados. Se les prohibía cualquier movimiento, y cualquier indicio de un ademán era castigado con severidad. Los castigos realizados en el campo consistían en palizas, tortura en una cámara especialmente preparada para tal fin, la horca o la ejecución por pelotón de fusilamiento; ya fuera dentro del campo o en los alrededores. El comandante del campo Lagerkommandant Phillip Schmitt era conocido por soltar a su pastor alemán para que atacara a los presos. También se sabe que su esposa paseaba por el campo, ridiculizando a los reclusos y ordenando castigos a su antojo. Diariamente se incurrían palizas severas aleatoriamente. Una vez un preso, un chico judío de menos de 20 años de edad, era incapaz de seguir trabajando. Los guardias flamencos de las SS le arrojaron al foso; no podía nadar, y no quisieron ayudarle a salir. Estuvo luchando un cuarto de hora hasta que finalmente se ahogó.
A los reclusos se les obligaba a presenciar cualquier ejecución que se llevara a cabo. Tan solo se les permitía usar el retrete, que en realidad era una gran fosa situada en medio de uno de los jardines, dos veces al día, todos al mismo tiempo. Únicamente se les permitían cinco minutos para llevar a cabo sus necesidades; teniendo cualquier exceso un castigo. Pero debido a que ninguno de los presos disponía de un reloj, la mayoría acababan en alrededor de un minuto, por el temor de sobrepasar el tiempo asignado. Esto causaba frecuentemente problemas de diarrea, intestinos y retortijones.
Los prisioneros eran sujetos de trabajos forzados, que consistía en retirar la gruesa capa de tierra que cubría el fuerte. En los pocos años que Fort Breendonk fue usado por los nazis, los millones de metros cúbicos de materiales que tapaban la construcción fueron retirados a mano por los prisioneros a un ritmo agotador. Este material tenía que ser trasladado para crear un muro de tierra circular y de gran altura alrededor del fuerte para esconderlo de quien lo pudiera ver. Los reclusos tan solo disponían de herramientas manuales para llevar a cabo esta costosa tarea y los escombros habían de ser transportados usando carretillas de mano sobre un sistema de ferrocarriles de vía estrecha hacia el muro exterior. El suelo en el campo normalmente se encontraba empapado, lo que provocaba que los raíles se hundieran en el barro. Entonces, se esperaba que los prisioneros trasladaran los carros completamente a peso, aunque se sabía que estos carros cargados de tierra sobrepasaban la tonelada de peso; empujando y tirando una y otra vez durante una distancia superior a los 300 metros. Este régimen era impuesto durante 12 horas diarias, siete días
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