NUNCA SE HA VISTO ESTAS PINTURAS. VIVEN HASTA HOY EN LA CUEVA - DOCUMENTAL

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Quillamachay es un sitio arqueológico ubicado en los abrigos rocosos de la Provincia de Acobamba, en la región de Huancavelica, en la Cordillera Central del Perú. Se encuentra a una altitud de aproximadamente 3400 metros sobre el nivel del mar, en la margen izquierda del Río Pariahuanca. La provincia de Acobamba está en la región de Huancavelica, que es parte de la sierra central del país.
En la zona explorada, aparecen, dos modalidades de pintura rupestre. La primera de ellas, consiste en dibujos y la otra es de petroglifos. En ambos casos los motivos ocupan la parte baja de las paredes, sector accesible para la mano de los artistas, aunque, a veces, debió usarse algún tipo de escalera o plataforma para cumplir su cometido, como debió ocurrir, en el reparo de Quillamachay.

Esto nos permite expresar, por el momento, que los abrigos de Quillamachay se utilizaron, aproximadamente, hace unos 5000 o 6000 años a.C., o sino en las fases iniciales del Holoceno andino cuya cronología se remonta a los 10000 años a.C. Dato que, de confirmarse, convertiría estos abrigos en uno de los sitios de habitación humana más antiguo de la provincia de Acobamba y del departamento de Huancavelica, incluida toda la cuenca del valle del Mantaro.
El profesor Arturo Ruíz llevó a cabo investigaciones en la Cordillera Central de Huancavelica en 1999. Encontró un valioso legado de pinturas rupestres en las cuevas de Quillamachay. Estas pinturas son diferentes de las conocidas en Toquepala y Lauricocha, ya que son de gran tamaño y cubren las paredes y bóvedas de las cuevas. Forman extraordinarios murales con figuras de gran dimensión, siendo algunos de las más grandes descubiertas en el país hasta la fecha.