Esto es New Comienzo tocando puertas

Resumen del Libro
Nunca es tarde para un nuevo comienzo
Por Jorge Alejandro González Trejo
Mi nombre es Jorge Alejandro González Trejo, embajador de la gran comunidad llamada New Comienzos.
Nací en 1975 en un pequeño pueblo en las montañas de la Sierra Norte de Puebla, llamado Tlaxcalantongo. A los cuatro años, mi Padre me llevó a Tijuana con la esperanza de cruzar la frontera hacia Estados Unidos en busca de un mejor futuro. La primera vez que intentamos cruzar, fuimos detenidos por la Border Patrol y encerrados durante dos días junto a otros migrantes. A pesar del miedo y la incertidumbre, no nos rendimos. En nuestro segundo intento, logramos cruzar y llegar a la ciudad de Los Ángeles, California, estableciéndonos en el vecindario de Lincoln Heights.
En la escuela Glen Alta Elementary, aprendí un segundo idioma y me integré a una comunidad cristiana como parte del programa Royal Rangers (Exploradores del Rey). Allí, nuestra misión era clara: evangelizar, ayudar y empoderar a la próxima generación de líderes cristianos. Crecer en esta comunidad me permitió experimentar momentos inolvidables, como ir a acampar, visitar lugares como Disneyland ,Six Flags otros lugares divertidos
Sin embargo, mi infancia estuvo marcada por la ausencia de mi madre y la constante ausencia de mi padre debido a su trabajo. A pesar de mi esfuerzo por adaptarme, la soledad me perseguía.
Uno de los momentos más dolorosos de mi vida fue mi graduación de primaria. Me vestí elegante y emocionado, esperando ver a mi padre entre la multitud. Pero nunca llegó. Mientras mis compañeros celebraban con sus familias, yo me quedé solo, sintiendo un vacío indescriptible. Ese día, algo cambió en mí.
Poco después, nos mudamos a Westlake, Los Ángeles,,, cerca del parque MacArthur,escuela nueva, nuevos amigos y un barrio dominado por pandillas y drogas. Dejé atrás mi identidad de Royal Ranger y poco a poco fui absorbiendo el ambiente de la calle. A los 13 años, fui iniciado en una pandilla y me dieron el alias Gizmo. Pasé de ser un estudiante con excelentes calificaciones a formar parte del peligroso mundo de las pandillas.
Cuando mi padre descubrió en lo que me había involucrado, tomó una decisión drástica: en diciembre de 1989 me envió de regreso a México. Me dejó en Ecatepec, al cuidado de un medio hermano que terminó robándole la casa que estaba construyendo para nuestra familia. Esta traición me hizo sentir como un extraño en mi propio hogar, rechazado y discriminado por mi acento y mi forma de hablar. Me llamaban "El Gabacho", y nunca sentí que encajaba en ningún lugar.
A los 16 años, sin la guía de mis padres ni de ningún familiar que se preocupara por mí, busqué refugio en las calles de Chiconautla, Ecatepec. Me involucré con pandillas, caí en la adicción a las drogas y terminé en prisión tres veces. Durante 25 años, mi vida estuvo atrapada en la oscuridad de las drogas, destruyendo no solo mi futuro, sino también a mi familia, mi esposa y mis hijos. Pasé de ser un respetado maestro de inglés a convertirse en traficante de drogas en una esquina de un barrio en Ecatepec.
En prisión, me dediqué a enseñar inglés en las clases de preparatoria y universidad. Durante ese tiempo, aprendí a visualizar el futuro que quería para mí. Me sumergí en el estudio del desarrollo personal y me hice una promesa: luchar por convertirme en una persona útil, plena y feliz.
Todo cambió el día que salí de prisión y encontré una comunidad transformadora:Llamada Nuevos Comienzos. En estos últimos años, he logrado más que en toda mi vida anterior. Ahora tengo mi propio negocio, donde enseño inglés en línea, presencial y a domicilio he trabajado como intérprete para emergencias del 911 y para migración en EE.UU.. Además, he incursionado en el mundo de la comedia stand-up en inglés y español.
Actualmente, sigo escribiendo mi libro: "Nunca es tarde para un nuevo comienzo", donde compartiré mi historia con el mundo. Ahora quiero dedicar mi tiempo a hablar con adolescentes y jóvenes, advirtiéndoles sobre los peligros de la drogadicción y animándonos a no desperdiciar sus vidas.
Hoy, miro hacia el futuro con esperanza. Mi historia es un testimonio de que nunca es tarde para cambiar, reinventarse y alcanzar nuestros sueños. Porque ahora sé que todo lo Puedo en Cristo que me fortalece.