Pre-estreno documental ‘Pólvora, cuerpo, sonido’ y actuación de Polifeme. IVAM 14 diciembre de 2024

Un proyecto de Ricardo Ruiz.
Parte 1

El proyecto titulado Pólvora, cuerpo, sonido (2024) de Ricardo Ruiz pretende entender una de las manifestaciones sonoras más arraigadas y propias del territorio festivo valenciano, la mascletà, y establecer las posibles conexiones con otras disciplinas del arte sonoro.

Tras los encuentros y escuchas realizados en la discoteca Spook y en la Falla Arrancapins a lo largo del os últimos meses, se llevará a cabo el tercer y último encuentro del proyecto el próximo día 14 de diciembre a las 17h en el auditorio del museo. En esta ocasión, se pre-estrenará el documental que recoge la investigación de Ricardo Ruiz a lo largo de este año, grabado y dirigido por Andreu Signes, que, además de visibilizar el proceso de trabajo, incorpora imágenes de archivo, así como una serie de entrevistas a artistas sonoros, pirotécnicas, discjockeys, polvoristas, filósofos o coheteras. Entre los entrevistados se encuentran, entre otros, el artista Pedro G. Romero, los artistas sonoros Miguel Molina o Llorenç Barber, las discjockeys Lucía Gea o Sou Allen, el filósofo Vicente Pizcueta o las coheteras María José Lora, Reyes Martí o Nuria Martí.

Tras el visionado del documental, tendrá lugar una actuación en directo por parte de la artista Polifeme, que combinará el banco sonoro grabado en la Pirotecnia Hnos. Caballer con los sonidos que forman la mascletà, germen de todo el archivo sonoro generado.

Polifeme es una propuesta de arte sonoro cuyo objetivo es explorar los diversos caminos de la creación musical a través de la suma de ondas electromagnéticas. Con el tiempo, la línea de investigación principal de Polifeme ha ido adquiriendo múltiples facetas, aunque inicialmente, el foco de su trabajo se centraba en el entorno y las posibilidades acústicas del electromagnetismo y las ondas de radio que nos envuelven, con el tiempo viró para mirar hacia el “espacio interior”, al ritmo biológico que nos mueve y es tan primitivo como el origen de la vida. Gracias al uso de electrocardiógrafos y monitores fetales extrae, amplifica e imprime su pulso, poniendo de manifiesto que somos ritmo y explorando el uso del latido como fuente para el control de aparatos rítmicos.