EL BARRAQUISMO, LA CARA B DE BARCELONA

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En la zona de la Barceloneta donde después se construyó la fábrica de gas Lebon, se asentó el primer poblado barraquista documentado, el Somorrostro. Sus vecinos vinieron del barrio de la Ribera tras ser destruido para construir la Ciudadela. Para ellos se urbanizó el barrio de la Barceloneta (1753). Posteriormente llegaron muchos valencianos que convivían junto a pescadores y gentes que estaban de paso.

barrio chabolista de Pequín, al lado del Campo de la Bota, apareció tras la llegada de una oleada (1870) de chinos llegados de Cuba que habían huido de su país durante las guerras de independencia.

Después llegaron al Pequín, catalanes, aragoneses y valencianos que encontraron trabajo como pescadores. Tras ser arrasado por una tempestad llegaron a él muchos trabajadores de la RENFE, que tenían los talleres al lado. En los setenta llegaron a haber 800 barracas habitadas por unas 4000 personas 13. Se habían creado leyes para solucionar el problema pero no llegaron muy lejos

En 1920 las viviendas habían aumentado en Sant Adriá un 502%, Moncada un 165%, Sardañola un 122%, el Baix Llobregat un 102%, Sant Cugat un 93%y L´Hospitalet y Viladecans un 87%.

Y la oferta de vivienda barata era del todo insuficiente para asimilar a los despectivamente llamados “murcianos” y años después (50-70) “charnegos”. Venían a trabajar En las obras del Metro, el Eixample y las obras para la Exposición de 1929.

Los zonas que acogieron más inmigración fueron el Guinardó, Can Dragó, Camp de l´Arpa, Sant Martí Este, Sants, Gràcia Este, La Taxonera, Sant Gervasi Este y Collblanc y en el extra-radio Sant Adrià y El Prat.

Barcelona tenía más de un centenar de núcleos chabolistas que se extendían por toda la ciudad: desde el litoral y la montaña de Montjuïc, En Horta, Sant Andreu, detrás del Hospital de Sant Pau …

En Montjuic se poblaron Can Valero y Tres Pins... De cara a la inauguración de la exposición del 29 se eliminaron las barracas de la Magoria y otrás más próximas al recinto ferial. Para ellos se urbanizó, junto al manicomio de Horta, el barrio de casitas de Can Peguera, también conocido como Ramón Albó.

Durante la república incluso se crearon brigadas para tirar chabolas a la par que se iniciaba un proyecto de educación social y construcción de viviendas asequibles.

con La Obra Sindical del Hogar (1939) empezaron a construirse grandes polígonos de viviendas En Bellvitge (Hospitalet), San Ildefonso (Cornellà), En los barrios de Sant Martí, Verdúm, Sant Cosme, en Badalona, Baró de Viver o Bon Pastor … y las Casas del Gobernador (1944) junto a la Meridiana.

Una nueva oleada de emigrantes llegó En los años cuarenta: 40% andaluces, el 13,4 de murcianos y el 14,7 de catalanes. Aparecieron nuevos núcleos en el Carmelo, Montjuïc o La Perona nombre que remite a la visita de Evita (1947). Incluso en la parte alta de la Diagonal había un núcleo barraquista.

Pero fue en la década de los sesenta cuando llegaron cientos de miles de familias en busca de trabajo. Las opciones eran vivir realquilados, vivir de alquiler o construirse uno mismo su propia vivienda en las de barracas de Ramon Casellas, Francisco Alegre ,la zona de los Cañones y las de la calle Espronceda o la Verneda.

En 1949 el Ayuntamiento creó el Servicio Municipal para la Represión de Nuestras Barracas. Un grupo de inspectores apoyados por la Guardia Urbana censaron las chabolas colocando una placa en cada puerta de entrada y controlaron que no se ampliasen ni construyesen más.

Eran “Los picos', que venían a tirar las barracas que la gente estaba construyendo con ladrillos y maderas. "Lo que hacíamos era construir y pintar de noche, incluso poner las camas con sábanas, para que, cuando vinieran al día siguiente pensaran que la barraca llevaba ahí tiempo",

Para la celebración del Congreso Eucarístico (1952) se borraron del mapa Las barracas de la parte alta de la Diagonal y se urbanizó el barrio del Congrés expulsando a los barraquistas al extrarradio: a Can Clos, el Polvorí, Verdum o las Viviendas del Gobernador.

Durante la época llamada del “desarrollismo”, el alcalde (1957-1973) José María Porcioles hizo de la construcción de vivienda el mejor de los negocios. Había una verdadera obsesión por construir, era muy rentable. Todo piso acabado se vendía al momento.

Se edificaban barrios enteros sin atender a las necesidades de sus próximos ocupantes. No se pensó en instalar escuelas, hospitales y jardines …

También se crearon las leyes de Viviendas de renta limitada (1954) y de viviendas subvencionadas (1957). La Obra Sindical Hogar urbanizó el barrio de Roquetes, el grupo Juan Antonio Parera y los bloques de Roberto Bassas.

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