Cuando el corazón se aferra La advertencia de Jesús sobre la avaricia Aprendiendo de Jesús

La avaricia nace en el corazón, no en las posesiones**

Jesús comienza esta enseñanza con una advertencia directa: “Estén alerta”. Esto revela que la avaricia no es algo externo, sino **una condición interna**, silenciosa y peligrosa. Se manifiesta no solo en quienes tienen mucho, sino también en quienes tienen poco. La avaricia no depende de la cantidad de bienes, sino del **lugar que ocupan los bienes en el corazón**.

El problema no es poseer, sino permitir que las cosas te posean. Cuando el corazón empieza a confiar más en el dinero que en Dios, la avaricia ya ha empezado a apoderarse. Transforma los recursos en ídolos y hace que la persona mida su valor por lo que tiene, y no por quién es ante Dios.

Jesús conoce el corazón humano. Sabe que si el corazón no se cuida, poco a poco se inclina hacia el apego excesivo, hacia el miedo a perder, hacia la obsesión por tener más. Por eso no solo dice “evita”, sino “cuida tu corazón”.

Porque el corazón es el centro de las decisiones, los deseos y las prioridades.

Cuando la codicia entra, la fe se va.

Cuando el dinero se convierte en seguridad, Dios deja de ser una prioridad.

Cuando el corazón se aferra a las posesiones, el alma se distancia de la dependencia del Padre.

Guardar el corazón significa vigilar las intenciones, las motivaciones y los deseos. Significa preguntarse constantemente:
— ¿Esto me acerca o me aleja de Dios?
— ¿Confío más en lo que poseo o en quién es Dios?

La codicia comienza pequeña, casi invisible. Pero si no se confronta, crece y domina. Por eso Jesús advierte: *Guarda tu corazón antes de que sea capturado.* Antes de continuar, si este mensaje ya te ha tocado el corazón, suscríbete al canal. Cada semana compartimos las enseñanzas de Jesús que brindan claridad, paz y dirección a la vida.

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